Una deuda de cinco chicles causó los disparos de un niño aun compañero

Los disparos de perdigón que un niño de 13 años efectuó contra otro de 12 el pasado jueves en un colegio de Móstoles tuvieron su origen en una deuda de cinco chicles, castigo impuesto a los niños que toman chicles en clase. Fuentes del colegio García Lorca afirman que D. M. F., el niño agredido, había amenazado el día anterior al presunto agresor, llamado Luis, con chivarse a la profesora de que había incumplido su castigo.Según testigos, Luis se apoderó de una escopeta de perdigones y disparó a D. M. F desde una distancia de cuatro metros. El niño herido se encuentra en el hospital Primero de...

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Los disparos de perdigón que un niño de 13 años efectuó contra otro de 12 el pasado jueves en un colegio de Móstoles tuvieron su origen en una deuda de cinco chicles, castigo impuesto a los niños que toman chicles en clase. Fuentes del colegio García Lorca afirman que D. M. F., el niño agredido, había amenazado el día anterior al presunto agresor, llamado Luis, con chivarse a la profesora de que había incumplido su castigo.Según testigos, Luis se apoderó de una escopeta de perdigones y disparó a D. M. F desde una distancia de cuatro metros. El niño herido se encuentra en el hospital Primero de Octubre con la tráquea perforada, aunque su estado no es grave.

A Luis no le debió gustar demasiado que su compañero de clase, amigo de toda la vida y vecino, le delatara ante la profesora. Desde ese día pensó en cómo reparar su orgullo y el pasado jueves por la tarde se le ocurrió que la solución estaba en la escopeta de perdigones de su hermano que tenía prohibido tocar. A la salida de clase le disparó.

Luis había sido condenado, junto con otros compañeros de la clase de sexto de EGB donde estudia, a aportar cinco chicles a la bolsa común de la clase para repartirlos en cualquier fiesta. Era la sentencia habitual para los que masticaban chicles en clase. A la hora de revisar el cumplimiento de la condena a la profesora no le salían las cuentas y sabía que faltaba uno por cumplirla.

Según fuentes del propio colegio, D. M. F. le ayudó a descubrirle; su compañero pensé entonces en la manera de vengarse. Luis ha sido alejado del colegio temporalmente hasta que se resuelva el caso.

Luis parecía estar preparando su venganza desde hacía varios días. El jueves D. M. F se quedó por la tarde patinando en las pistas del centro mientras su compañero se dirigía a casa por la escopeta de perdigones de su hermano. "Luego esperó a que anocheciera y se apostó tras un árbol, a pocos metros de la pista de patinaje, pero fuera del centro. Esperó a que D. M. F pasara solo por ahí para dispararle", explican en el colegio.

Tráquea perforada

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D. M. F. fue internado en el hospital Primero de Octubre, donde se encuentra en observación. Tiene la tráquea perforada y está muy preocupado por lo que le pueda pasar a Luis", según su padre, A. M., que es amigo de los padres del niño agresor. Su estado no parece grave, aunque el equipo médico no encuentra el perdigón. "Parece que lo escupió", añadió su padre.El padre de D. M. F., que todavía duda si denunciar el hecho, quiere mantenerse al margen de la decisión que las autoridades educativas adopten finalmente sobre el agresor de su hijo. El padre de D. M. F. no entiende cómo pudo ocurrir: "Son amigos nuestros desde hace tiempo" '

A. M. explica que Luis llevaba varios días buscando la venganza pero no encontró ocasión antes "porque su madre le acompañaba a la salida".

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