La tregua de los días navideños en Filipinas sólo duró hasta el sábado

La tregua unilateral anunciada por la guerrilla "para las fiestas de Navidad", sin especificar su duración, se rompió finalmente el sábado, cuando en un enfrentamiento entre una patrulla militar y guerrilleros de Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) -brazo armado del prohibido partido comunista- murieron cinco guerrilleros y resultaron heridos cinco soldados del Ejército filipino, en la provincia de Albay. Ayer, alrededor de 60 militantes del NEP atacaron un destacamento militar en la provincia de Agusán del Norte, con el resultado de tres guerrilleros y un soldado gubernamental muertos. Sin embarg...

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La tregua unilateral anunciada por la guerrilla "para las fiestas de Navidad", sin especificar su duración, se rompió finalmente el sábado, cuando en un enfrentamiento entre una patrulla militar y guerrilleros de Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) -brazo armado del prohibido partido comunista- murieron cinco guerrilleros y resultaron heridos cinco soldados del Ejército filipino, en la provincia de Albay. Ayer, alrededor de 60 militantes del NEP atacaron un destacamento militar en la provincia de Agusán del Norte, con el resultado de tres guerrilleros y un soldado gubernamental muertos. Sin embargo, la tregua de Navidad fue generalmente respetada, informa France Presse. Un enviado especial de EL PAÍS estuvo recientemente en Filipinas.

La guerrilla comunista filipina había ofrecido un alto el fuego temporal, durante las fiestas navideñas, contando rápidamente con el apoyo de varios miembros del Congreso y el visto bueno tácito del Gobierno filipino. Pero los primeros responsables del Ejército rechazaron un proyecto que, en su opinión, daría de nuevo ventajas a la guerrilla para estructurar sus posiciones, operantes ya, con 23.000 hombres, en 72 de las 76 provincias de Filipinas, incluida el área. metropolitana de Manila, con sus nueve millones de habitantes.Ante la dificultad política de un alto el fuego, la presidenta, Corazón Aquino, a petición del arzobispo de Manila, Jaime Sin, ofreció la suspensión de toda operación ofensiva contra la guerrilla comunista durante las fiestas de Navidad y de Año Nuevo, si bien indicó que seguirían las operaciones defensivas.

La situación en Filipinas es hoy muy distinta a la de hace un año por estas fechas, cuando desde el 10 de diciembre de 1986 los filipinos vivían bajo una situación de alto el fuego con una duración prevista de 60 días. Satur Ocampo y Antonio Zumel, principales cabezas políticas de la guerrilla comunista del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP), circulaban libremente por Manila y sus caras aparecían en los programas de televisión, participando en un esperanzador intento de negociación pacífica entre la Administración de la presidenta Cory Aquino y una guerrilla con 20 años de actividad en el país.

Diálogo delicado

La matanza por parte del Ejército de 17 campesinos ante las puertas del palacio presidencial de Malacañang, en enero de 1987, cuando pedían una rápida reforma agraria, a dos semanas del referéndum constitucional filipino, acompañado de un intento de golpe militar, con la ocupación del canal 7 de la televisión filipina, contribuyeron a hundir las delicadas negociaciones Gobierno-guerrilla. La tregua se rompió definitivamente y comenzó una escalada entre militares y guerrilleros, con un incremento de las operaciones."Estamos bajo estado de guerra", dijo recientemente el general Fidel Ramos, jefe del Alto Estado Mayor, después de los ataques de la guerrilla a la red vial que une Manila con el sur del país, la intensa lucha armada en Bicol y en el centro de Luzón, junto a la penetración de operaciones guerrilleras en Manila, a través de los denominados comandos gorriones, con un porcentaje de casi 100 víctimas mortales, entre militares y policías, en lo que va de año.

"En Manila opera la Brigada Alex Boncayao", dicen fuentes del Ejército filipino. El portavoz, e éste, coronel Óscar Florendio, valora el movimiento guerrillero comunista dividido en dos fracciones: los militaristas y los tradicionalistas. Los primeros, donde destacaría el nuevo líder del NEP, Rómulo Kintanar, son partidarios de una ofensiva total contra el Ejército, para provocar una especie de nuevo Vietnam, incluyendo ataques a propiedades o personas estadounidenses, como mostraron al asesinar a. tres militares de EE UU el 28 de octubre en el área de la base militar de Clark. Los segundos cuentan con una estrategia más política y a largo plazo, intentando renovar un eventual diálogo pacificador con el Gobierno, a través del Frente Nacional Democrático, que dirige el ex periodista Satur Ocampo.

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El fracaso de las negociaciones de paz, hace casi un año, la politización e influencia de los militares -a través de intentonas golpistas, la más importante la del 28 de agosto, a cargo del coronel Gringo Honasan-, la aparición de los vigilantes y la radicalización de la guerrilla comunista, componen un panorama sombrío ante las elecciones municipales y regionales, el 18 de enero, que ya están dando origen a asesinatos y ajustes de cuentas entre candidatos.

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