Escasas perspectivas de que la 'cumbre' de la CE alcance un acuerdo

Un clima de pesimismo generalizado planeaba ayer, víspera de la reunión del Consejo Europeo en Copenhague, sobre las perspectivas de llegar a un acuerdo en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Europea (CE) que hoy comienza en la capital danesa. El primer ministro danés, Poul Schluter, que ostenta la presidencia semestral de la CE y es, por tanto, anfitrión de la cumbre, manifestó ayer que "rehusaba creer" que no habrá resultados, tal y como había sugerido el día anterior el presidente de la comisión de la CE, Jacques Delors.

La divulgación de una carta de la primer...

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Un clima de pesimismo generalizado planeaba ayer, víspera de la reunión del Consejo Europeo en Copenhague, sobre las perspectivas de llegar a un acuerdo en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Europea (CE) que hoy comienza en la capital danesa. El primer ministro danés, Poul Schluter, que ostenta la presidencia semestral de la CE y es, por tanto, anfitrión de la cumbre, manifestó ayer que "rehusaba creer" que no habrá resultados, tal y como había sugerido el día anterior el presidente de la comisión de la CE, Jacques Delors.

La divulgación de una carta de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, dirigida a Schluter, en la que se muestra radicalmente contraria a cualquier reforma del presupuesto comunitario, contribuyó ayer a acrecentar la sensación de que los nubarrones se ciernen sobre el horizonte."Hay que imponer un espíritu en el que se comprenda que para recibir algo hay también que dar algo", declaró ayer Schluter ante cerca de 400 de los 900 periodistas acreditados para seguir una "decisiva" reunión del Consejo Europeo. Posteriormente, el presidente del Gobierno español, Felipe González, que llegó ayer tarde a Copenhague, apostilló que la frase del primer ministro danés era "una aproximación perfecta al fondo" de los asuntos que se debatirán en esta cumbre, primera desde que se aprobó el Acta Única Europea.

El orden del día oficioso de la reunión, que comienza a las diez de la mañana, definido por Schluter en una carta a sus 11 colegas comunitarios, comenzará previsiblemente teniendo como primer punto la discusión de la disciplina presupuestaria; seguirá la introducción de estabilizadores sobre la producción agrícola -especialmente delicada se prevé la discusión en tomo a la limitación de la producción de cereales-; y, posteriormente, los fondos estructurales para ayudar a regiones menos desarrolladas constituirán el tercer punto en la agenda.

Thatcher, la estrella

Finalmente, la determinación de los recursos propios de la CE y el cheque británico deben concluir una reunión que se prevé, según dijo Schluter, larga y que podría casi inusitadamente, prolongarse hasta la noche del sábado. Todos estos puntos componen el plan Delors para la reforma de la Comunidad y deben servir de base para la aprobación del presupuesto 1988-1992 de la CE. La primera ministra británica, Margaret Thatcher, se convirtió, antes incluso de llegar a Copenhague, en la estrella de la reunión, al publicarse en el diario Financial Times el contenido de una carta suya enviada a Schluter, en la que se muestra tajantemente en contra de cualquier reforma en el presupuesto comunitario. La carta, no publicada en su integridad, constituyó un nuevo jarro de agua fría sobre la reunión.Tanto la discusión sobre estabilizadores para cereales y, en menor medida, productos oleaginosos, como la disciplina presupuestaria o la duplicación, de aquí a 1992, de los fondos estructurales, constituyen serios puntos de divergencia, para no mencionar ya temas más concretos, como la pretensión de algunos países de reformar o incluso anular el cheque que recibe Gran Bretaña, a lo que naturalmente se opone tajantemente Londres.

Felipe González se entrevistó ayer con Shluter y con Delors, encuentros ambos calificados como "casi protocolarios", una vez que González manifestó, a su llegada a la capital danesa, que no habrá variación en las posiciones de España, contraria, entre otras cosas, a la aprobación del presupuesto comunitario paxa 1988 si éste sólo consagra "parches", según definición del propio presidente español.

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La delegación española acude a la cumbre con frases oficiales de optimismo -"todo depende de que se produzca el pacto subterráneo sobre el paquete agrícola entre Francia, Alemania Occidental y Gran Bretaña", dijo uno de sus miembros-, aunque muestra un indudable pesimismo en las declaraciones en privado.

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