Al general no le gustan los cuarteles

Liao Hansheng, militar y vicepresidente de la Asamblea Popular de China, defiende la presencia castrense en los más altos órganos del poder

La gaige (reforma) y la kaifang (apertura al exterior) aparecen en la boca de Liao Hansheng como una cantilena aprendida a duras penas y con un inmenso esfuerzo. Liao, que hace apenas un mes ha perdido su puesto en el Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), mira al futuro con recelo: sabe que esas dos palabras mágicas son las que eventualmente le empujarán a la caverna de un cuartel o a un honroso retiro cuando en marzo próximo se reúna el pleno de la Asamblea Popular Nacional (APN), en el que se elegirá a los nuevos dirigentes del poder ejecutivo y legislativo.

E. vicepresid...

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La gaige (reforma) y la kaifang (apertura al exterior) aparecen en la boca de Liao Hansheng como una cantilena aprendida a duras penas y con un inmenso esfuerzo. Liao, que hace apenas un mes ha perdido su puesto en el Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), mira al futuro con recelo: sabe que esas dos palabras mágicas son las que eventualmente le empujarán a la caverna de un cuartel o a un honroso retiro cuando en marzo próximo se reúna el pleno de la Asamblea Popular Nacional (APN), en el que se elegirá a los nuevos dirigentes del poder ejecutivo y legislativo.

E. vicepresidente de la APN realiza una visita oficial a España. Ha elegido Tenerife como lugar de solaz del que pudiera ser su último viaje a Europa y, tras los encuentros protocolarios, viajó ayer a Canarias para continuar después su misión en el vecino Portugal. Le acompañan cuatro legisladores."Los militares no tienen por que retirarse a los cuarteles. Los líderes precisan de reconocintiento [vieja teoría confuciana] y de espíritu revolucionario. Esto se adquiere en las filas del Ejército", afirma Liao Hansheng con un tono un tanto airado.

El general evade referirse a que el buró político del PCCh salido del XIII Congreso celebrado en octubre pasado, no tiene más que dos militares: Yang Shangk,un y Qin Jiwei. Sostiene que no es cuestión de uniformes, sino de "necesidades del país".

Llao, nacido en 1911 en la provincia de Hunan -como Mao Zedong-, es un veterano de la Larga Marcha (1934) y uno de los fundadores del Ejército Popular de Liberación (EPL). En su actitud pesa la espada que Deng Xiaoping, el actual hombre fuerte, ha clavado al EPL y sirve para entender por qué Deng seguia retirado de todos los cargos públicos menos de la presidencia de las comisiones militares. La reforma del EPL es la cuarta de las cuatro modernizaciones que Deng persigue. El lavado del ejercito más numeroso del mundo se ha hecho en los dos sentidos, de abajo arriba y viceversa. Desde 1985 pasó al sector civil un millón de los 4.238.210 soldados censados en 1982. Entre los oficiales, sobre todo los de mayor grado, las jubilaciones y retiros se cuentan por miles. Ayer mismo fue jubilado Yang Dezhi, de 77 años, como jefe del Alto Estado Mayor del EPL y sustituido por Chi Haotian, de 61 años.

Liao, reticente a hablar con la Prensa, recibió a EL PAIS en su habitación del hotel Palace. Las preguntas se marcaron de antemano, sólo dos. Las respuestas estaban perdidas en un discurso leído sobre los avances logrados por China desde que Deng Xiaoping -cuyo nombre no fue pronunciado ni una sola vez- tomó las riendas del país en diciembre de 1978. Pero el protocolo se rompió y el general defendió con vehemencia a la vieja guardia que los reformistas están condenando al silencio y al retiro para poder hacer de la República Popular un país avanzado.

Llao defendió también el papel de la Asamblea Popular Nacional, el órgano legislativo que forman 3.500 procuradores de las diferentes provincias y etnias de China. "Políticamente, el Partido Comunista Chino es el qué dirige los destinos del país, pero en cuanto que la APN simboliza la Constitución y la legalidad, están obligados a sujetarse a las decisiones de la Asamblea".

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El vicepresidente de la APN insiste en la importancia de la Asamblea para asentar la "democracia al estilo chino" y niega que ésta se limite a dar cuerpo legal a las ordenanzas del partido. Hace hincapié en que la gaige y la kaifang han nacido en la APN, pero no sabe explicar cómo se llevarán a la práctica las propuestas formuladas por el secretario general del PCCh, Zhao Ziyang, en el XIII Congreso, paraseparar al partido del Gobierno y dar más impulso a la Asamblea."Vamos a acelerar y a profundizar las reformas", señala Liao. "No estamos retrasados, pero nuestras leyes son incompletas, especialmente en materia económica y administración pública y en el marco legal que requiere la política de mercado a la que nos hemos abierto", añade.

Desde su fundación en 1949 la APN ha elaborado 58 leyes y varios cientos de decretos y ordenarizas. Todos los expertos coinciden en que la Asamblea va a remolque del ansiado desarrollo y que de no romper rapidamente su anquilosamiento frenará la modernización de China convir-

tiéndose en el cuello de botella de la dinámica económica.

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