La diputada Pilar Salarrullana, agredida por un guarda jurado en una oficina de Logroño

La diputada en el Congreso de los Diputados por el PDP de La Rioja Pilar Salarrullana fue agredida el miércoles por uno de los guardas jurados encargados de vigilar el acceso a la oficina de recaudación urbana de Logroño cuando salió en defensa de una señora que, cansada por las horas de espera para pagar la contribución, se sentó en las escaleras.

Algunos ciudadanos riojanos acuden incluso a las seis de la mañana, esto es, tres horas antes de la apertura de las oficinas, para realizar el pago del impuesto municipal.La diputada optó por sentarse en las escaleras, junto a unas vidrieras,...

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La diputada en el Congreso de los Diputados por el PDP de La Rioja Pilar Salarrullana fue agredida el miércoles por uno de los guardas jurados encargados de vigilar el acceso a la oficina de recaudación urbana de Logroño cuando salió en defensa de una señora que, cansada por las horas de espera para pagar la contribución, se sentó en las escaleras.

Algunos ciudadanos riojanos acuden incluso a las seis de la mañana, esto es, tres horas antes de la apertura de las oficinas, para realizar el pago del impuesto municipal.La diputada optó por sentarse en las escaleras, junto a unas vidrieras, y tras encararse con el vigilante por su mal comportamiento, "me propinó una serie de golpes y empujones". Pilar Salarrullana ha manifestado que le enseñó su acreditación como diputada, a lo que el guarda jurado le respondió "con cajas destempladas".

Se desconoce la identidad del vigilante, aunque este periódico ha podido saber que pertenece a Prosegur, una empresa de sistemas de seguridad recientemente instalada en La Rioja cuyos servicios había contratado la oficina de recaudación.

Salarrullana denuncia las largas horas de espera que deben guardar los ciudadanos en las filas para pagar la contribución urbana, provocadas, según ella, por el reducido horario de atención al público -de nueve de la mañana a una de la tarde- y por la falta de personal. "Yo pude ver que detrás de las ventanillas había 10 personas, de las que sólo cuatro atendían al público.

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