Tres militares norteamericanos, asesinados en Filipinas

Tres militares norteamericanos y un civil filipino fueron asesinados ayer a tiros cerca de la base aérea estadounidense de Clark, situada a unos 80 kilómetros al oeste de Manida. Un portavoz oficial norteamericano dijo que las muertes se produjeron en un intervalo de una hora y que se desconocían las razones. El personal militar de la base estadounidense recibió orden de no abandonar las instalaciones en previsión de nuevas acciones terroristas.

Las víctimas norteamericanas fueron dos sargentos de las fuerzas aéreas y un militar retirado, según un portavoz de la base de Clark. Los atent...

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Tres militares norteamericanos y un civil filipino fueron asesinados ayer a tiros cerca de la base aérea estadounidense de Clark, situada a unos 80 kilómetros al oeste de Manida. Un portavoz oficial norteamericano dijo que las muertes se produjeron en un intervalo de una hora y que se desconocían las razones. El personal militar de la base estadounidense recibió orden de no abandonar las instalaciones en previsión de nuevas acciones terroristas.

Las víctimas norteamericanas fueron dos sargentos de las fuerzas aéreas y un militar retirado, según un portavoz de la base de Clark. Los atentados se produjeron en un corto espacio de tiempo, en una zona residencial cercana a las instalaciones militares. Un empleado filipino de la base que pasaba por el lugar en el momento de uno de los tiroteos perdió también la vida. Un capitán norteamericano logró escapar de los disparos de los agresores.Según la policía, los atentados se produjeron, todos ellos de modo idéntico, por comandos formados por tres hombres, y se sospecha que hayan sido obra de la guerrilla comunista, aunque nadie se ha responsabilizado por ahora de los crímenes. Las autoridades militares norteamericanas dieron órdenes inmediatamente a todo su personal de no abandonar las instalaciones de Clark y Subic Bay, las dos bases que tiene EE UU en Filipinas.

Los atentados ocurrieron horas después de que cuatro miembros de las fuerzas de seguridad filipinas murieran en distintas emboscadas y de que la Embajada norteamericana en Manila anunciara que el viceagregado militar, teniente coronel Victor Raphael, había sido trasladado a otro destino. Raphael fue acusado de intentar evitar que las tropas leales a la presidenta filipina, Corazón Aquino, atacasen a las que se sumaron a la intentona golpista que dirigió el pasado 28 de agosto el coronel Gregorio Gringo Honasan. La embajada precisé ayer que el traslado no tiene ninguna relación con las "injustas" acusaciones.

La familia de Honasan trata de obtener garantías para su seguridad si se rinda, aseguró ayer en Cebú el subsecretario de Defensa, Leo Quisumbing. El alto funcionario dijo que la madre y hermana del militar golpista han presentado ya ciertas condiciones, entre ellas, un salvoconducto y la garantía de que no será castigado.

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