España mantendrá su presión en favor de Mayor Zaragoza ante las reticencias de los países occidentales

España no piensa bajar la guardia en su campaña por la ratificación de Federico Mayor Zaragoza como director general de la Unesco en la Conferencia General de la organización que empieza hoy. Los principales problemas que enfrenta ahora la ratificación de Mayor son la política obstruccionista del director general saliente, Amadou Mahtar M´Bow, y las reticencias de los propios países occidentales que ayudaron al triunfo del español

La ratificación por parte de los 158 Estados miembros debe producirse el 7 de noviembre, y ocho días más tarde debe entrar en funciones el nuevo director gen...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

España no piensa bajar la guardia en su campaña por la ratificación de Federico Mayor Zaragoza como director general de la Unesco en la Conferencia General de la organización que empieza hoy. Los principales problemas que enfrenta ahora la ratificación de Mayor son la política obstruccionista del director general saliente, Amadou Mahtar M´Bow, y las reticencias de los propios países occidentales que ayudaron al triunfo del español

La ratificación por parte de los 158 Estados miembros debe producirse el 7 de noviembre, y ocho días más tarde debe entrar en funciones el nuevo director general. Si la Conferencia rechazara la candidatura de Mayor, el Consejo Ejecutivo que le ha elegido debería proponer otro nombre en el plazo de 48 horas.Toda la atención de los observadores de la torturada política unesquiana se centra en el discurso de apertura de la Conferencia, que pronunciará hoy por la mañana de M'Bow. En la carta en que retiró su candidatura, el director saliente emplazó a la Conferencia General a reflexionar sobre la lucha electoral que ha llevado a la nominación de Mayor, después de denunciar y descalificar el proceso electoral. Esta petición de reflexión fue considerado como el anuncio de una nueva batalla contra Mayor, ahora ya en la Conferencia.

Los temores de la delegación de España no se centran tanto en las dificultades que puedan surgir del grupo de países árabes y africanos como en las debilidades y reticencias de los propios países occidentales. Prueba de ello es que el grupo africano, a través del ministro de Educación senegalés, Iba Der Thiam, uno de los líderes de la campaña en favor de M'Bow, anunció ayer que aceptará el triunfo de Mayor y trabajará con él. [El secretario general de la Organización de Unidad Africana (OUA), de Oumarou, por su parte, declaró ayer en Addis Abeba que su organización aceptará a Mayor Zaragoza "en interés de la comunidad internacional" y como prueba de que "África no desea monopolizar la Unesco", informa Reuter.]

El principal problema, entonces, es que algunos países occidentales podrían verse tentados a sondear la posibilidad de un nuevo candidato, que ofreciera sobre el papel mayores posibilidades de consenso y garantizara el retorno de Estados Unidos a la organización, que el Departamento de Estado norteamericano ya ha negado a Mayor.

Los países más dubitativos respecto a Mayor leen los resultados de la elección en términos negativos: lo relevante no serían sus 30 votos a favor, sino la existencia de 20 votos en contra. Las dudas actuales son, de hecho, la prolongación de la tibia adhesión suscitada por Mayor entre estos países, que constituyeron el núcleo del apoyo al paquistaní Yaqub Jan. Para la delegación española, la búsqueda de un nuevo candidato y el descarte de Mayor puede significar la reaparición de M'Bow o el bloqueo total de la elección.

La amenaza de M'Bow

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La Conferencia General que empieza hoy debe aprobar el plan bienal de la organización, presentado por M'Bow, en el que se trazará el camino para los dos primeros años de gestión del nuevo director general. M'Bow puede presentar también una moción pidiendo la aprobación de las líneas generales del llamado plan a plazo medio, para los siguientes seis años, con lo que conseguiría hipotecar la futura gestión del director general hasta 1995.El actual director general cuenta, además, con otros medios para garantizar el continuismo en la Unesco, como es la red de intereses y fidelidades creada entre ciertos sectores del personal y la contratación de nuevo personal, fiel a su línea, en los meses previos a la elección.

Todo ello prefigura un panorama de extraordinarias dificultades en todos los frentes para el presumible nuevo director general Federico Mayor: el entorno de M'Bow, por una parte, y Estados Unidos y- sus más fieles aliados, por otra. A ello habrá que sumar la presión amistosa de los soviéticos, que querrán cobrar su participación en el derrocamiento del senegalés Amadaou Mahtar M'Bow.

Sobre la firma

Archivado En