La fiesta que no pudo ser
Campello vivirá de luto sus cuatro días de fiesta, porque "algo que no se olvidará nunca", en palabras del alcalde, sucedió ayer. Un acto que se presentaba como novedad acabó en tragedia. Se trataba de escenificar las incursiones que en el siglo XVI realizaban en las costas corsarios y berberiscos.El desembarco había sido presenciado por cerca de 2.000 personas, muchas de las cuales se habían concentrado en el paraje de la Illeta antes del amanecer. Moros y cristianos estaban dispuestos a iniciar la que, según el programa debía ser "una feroz batalla entre los dos ejércitos", pero una explosió...
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Campello vivirá de luto sus cuatro días de fiesta, porque "algo que no se olvidará nunca", en palabras del alcalde, sucedió ayer. Un acto que se presentaba como novedad acabó en tragedia. Se trataba de escenificar las incursiones que en el siglo XVI realizaban en las costas corsarios y berberiscos.El desembarco había sido presenciado por cerca de 2.000 personas, muchas de las cuales se habían concentrado en el paraje de la Illeta antes del amanecer. Moros y cristianos estaban dispuestos a iniciar la que, según el programa debía ser "una feroz batalla entre los dos ejércitos", pero una explosión inesperada acabó con la vida de cinco festeros.
Campello es una de las numerosas poblaciones del País Valenciano que ha incorporado recientemente los moros y cristianos a sus fiestas. Los vecinos tenían previsto gastar alrededor de 30 millones de pesetas, de los que cinco son aportación municipal. Más de 1.000 personas y 20 bandas de música debían participar ayer por la tarde en el acto más espectacular, caro y esperado: la entrada. Campello era ayer un pueblo triste.