El presidente tunecino, Burguiba, sustituye al primer ministro por un militar

El hasta ahora primer ministro tunecino, Rachid Sfar, fue destituido fulminantemente ayer por el presidente, Habib Burguiba, de 84 años, y reemplazado por el ministro del Interior, Zine el Abidin Ben Alí, que conserva la cartera y es elevado a la Secretaría General del Partido Socialista Desturiano (PSD, en el poder). Ben Alí es general del Ejército, institución que siempre ha estado separada del poder político en Túnez, y su nombramiento le convierte constitucionalmente en delfín del presidente de la República.

La caída de Sfar, que sólo llevaba en el poder 15 meses, y su sustitución p...

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El hasta ahora primer ministro tunecino, Rachid Sfar, fue destituido fulminantemente ayer por el presidente, Habib Burguiba, de 84 años, y reemplazado por el ministro del Interior, Zine el Abidin Ben Alí, que conserva la cartera y es elevado a la Secretaría General del Partido Socialista Desturiano (PSD, en el poder). Ben Alí es general del Ejército, institución que siempre ha estado separada del poder político en Túnez, y su nombramiento le convierte constitucionalmente en delfín del presidente de la República.

La caída de Sfar, que sólo llevaba en el poder 15 meses, y su sustitución por Ben Alí, de 52 años, suponen un endurecimiento del poder político del país. El relevo en la jefatura del Gobierno se produce justamente cinco días después del fin del juicio contra 90 integristas tunecinos, siete de los cuales han sido condenados a muerte. El general Ben Alí ha sido precisamente la persona que, desde el Ministerio del Interior, ha dirigido y coordinado la lucha contra el integrismo, principal reto al que se ha enfrentado el régimen desde su independencia, en 1956.Medios políticos tunecinos ven en el general Ben Alí a un hombre próximo a Estados Unidos. Sin más biografía política que la de los últimos meses, el nuevo primer ministro es un hombre que procede de los servicios de inteligencia y que consagró la última parte de su carrera militar a la seguridad interior y exterior del país.

Otro duro del régimen, Majub Ben Alí, de 61 años, ha sido nombrado director del PSD, responsable político de la organización. Este segundo Ben Alí había sido designado a finales de agosto como jefe de las milicias del partido encargadas de la vigilancia del integrismo, una policía paralela que en las últimas semanas ha provocado confusión y terror.

Este último nombramiento a la cabeza política del partido resulta incomprensible, a la vez que desconcertante, porque el pasado martes Burguiba decidió situar en ella a Abdelmalek Laarif, de 45 años, ex embajador y último director de la Radiotelevisión Tunecina (RTT). Laarif es el director del PSD cuyo mandato ha sido el más corto de la historia del país, puesto que ha durado en él cuatro días escasos.

La agencia tunecina TAP anunció ayer que el nombramiento de Laarif y los del ministro de Cultura, Abdelaziz Ben Dhia; el responsable de la RTT, Slahedin Maui, y el director del diario progubernamental La Presse, Kamel Cherif -que fueron anunciados el mismo día-, quedaban anulados.

Las causas de la salida de Sfar, de 54 años, no han sido hechas públicas, si bien se especula con que había caído en desgracia ante Burguiba por su supuesto carácter débil y su oposición a que el juicio contra el Movimiento de la Tendencia Islámica (MTI) concluyera con una condena más severa.

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