Racismo

Nadie quiere considerarse racista, ni siquiera la persona más convencida de la superioridad de su propia raza sobre otra. Eso explica la indignación de los habitantes de Vilanova de Segrià (Lérida) cuando se hizo público su tratamiento discriminatorio y sus prejuicios retrógrados respecto de los africanos que allí trabajan. Ahora, por mala con ciencia y además escasa imaginación, se dan otras explicaciones para justificar la actitud racista, tal como suelen hacer sus iguales de todos los países y de todos los tiempos.El argumento de que en el futuro las buenas y respetables personas de Vilanov...

Nadie quiere considerarse racista, ni siquiera la persona más convencida de la superioridad de su propia raza sobre otra. Eso explica la indignación de los habitantes de Vilanova de Segrià (Lérida) cuando se hizo público su tratamiento discriminatorio y sus prejuicios retrógrados respecto de los africanos que allí trabajan. Ahora, por mala con ciencia y además escasa imaginación, se dan otras explicaciones para justificar la actitud racista, tal como suelen hacer sus iguales de todos los países y de todos los tiempos.El argumento de que en el futuro las buenas y respetables personas de Vilanova de Segrià quieren preocuparse menos de los africanos ilegales y más de los tres millones de españoles en paro, es pura hipocresía. Si los parados españoles les hubieran importado, les habrían dado empleo antes de esto. Y si no lo han hecho es porque la sobreexplotación de los africanos resultaba más rentable. Además, es precisamente por eso que hasta ahora han dado trabajo a los ilegales, puesto que éstos cobran menos por encentrarse desamparados ante la ley.

A los que dicen que trataban a los africanos como si fueran de la familia, simplemente no los cree. Pero si es verdad, en Vilanova deben tratar a sus familiares de una forma abominable.-