Corazón Aquino destituye a su secretario por presiones del Ejército filipino
La presidenta filipina, Corazón Aquino, presionada por un Ejército descontento, tuvo que desprenderse ayer de dos de sus más estrechos colaboradores, el secretario del Gobierno, Joker Arroyo, y su asesor legal, Teodoro -Teddy Boy- Locsin.
Aquino, en su intento de contener los efectos de la intentona golpista que casi precipitó su caída hace tres semanas y reveló profundas diferencias dentro de su Gabinete, declaró ayer por televisión: "Les aseguro que tenemos controlada la situación".
Con las manos enlazadas y su estilo calmo, la presidenta filipina anunció a la nación...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La presidenta filipina, Corazón Aquino, presionada por un Ejército descontento, tuvo que desprenderse ayer de dos de sus más estrechos colaboradores, el secretario del Gobierno, Joker Arroyo, y su asesor legal, Teodoro -Teddy Boy- Locsin.
Aquino, en su intento de contener los efectos de la intentona golpista que casi precipitó su caída hace tres semanas y reveló profundas diferencias dentro de su Gabinete, declaró ayer por televisión: "Les aseguro que tenemos controlada la situación".
Con las manos enlazadas y su estilo calmo, la presidenta filipina anunció a la nación haber tenido que aceptar las dimisiones de sus íntimos amigos y estrechos colaboradores Joker Arroyo y Teodoro Locsin.
Aquino decidió mantener al jefe de las fuerzas armadas, general Fidel Ramos, cuya destitución pretendían los cabecillas del último intento golpista.
En un gesto sin precedentes, la presidenta decidió que el alto mando militar apareciera en la pequeña pantalla con el objetivo de recuperar la iniciativa publicitaria perdida a manos de los rebeldes.
Ramos dijo que el Ejército continuará protegiendo a la presidenta Aquino y salvaguardando la estabilidad de la nación, y pidió un mayor respaldo civil. Aquino elogió a Arroyo como un hombre de "probado valor" que desafió al régimen del derrocado Ferdinand Marcos. "Ha abandonado, con la esperanza de que esto traerá la paz y la calma al Gobierno", dijo.