"Alcalde: puede usted irse a dormir"

"Muchos vimos a un bombero asomado en una ventana y desaparecer en el momento que se hundía el edificio", explicó ayer José María Álvarez de Manzano, concejal de Alianza Popular. "De repente escuchamos un ruido y nos quedamos sorprendidos y asustados", dijo el alcalde de Madrid, Juan Barranco. Minutos ante! de que se produjera la tragedia, Barranco se disponía a marcharse. Un mando de los bomberos se le acercó y le dijo: "Alcalde, puede usted irse a dormir porque el fuego está prácticamente acabado".Al principio nadie podía precisar cuántos bomberos podían haber quedado atrapados por el derrum...

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"Muchos vimos a un bombero asomado en una ventana y desaparecer en el momento que se hundía el edificio", explicó ayer José María Álvarez de Manzano, concejal de Alianza Popular. "De repente escuchamos un ruido y nos quedamos sorprendidos y asustados", dijo el alcalde de Madrid, Juan Barranco. Minutos ante! de que se produjera la tragedia, Barranco se disponía a marcharse. Un mando de los bomberos se le acercó y le dijo: "Alcalde, puede usted irse a dormir porque el fuego está prácticamente acabado".Al principio nadie podía precisar cuántos bomberos podían haber quedado atrapados por el derrumbe -se hablaba de cuatro o cinco-, pero lo que sí recordaba el alcalde era haber visto a su amigo Juan José Gómez Mago, de 28 años, cómo entraba con el grupo. Incluso se habían saludado con un fuerte apretón de manos. Luego se confirmó que entre las víctimas estaba Juan José. El alcalde contaría más tarde que su amigo de Vallecas, pese a estar perfectamente preparado para el trabajo, había tenido problemas para entrar en el cuerpo porque es objetor de conciencia, y que él había intercedido.

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Ya al mediodía, familiares de los bomberos sepultados permanecían en una cafetería a unos 50 metros del lugar del siniestro, aislados de curiosos y periodistas, aunque algunos, en determinados momentos, se acercaban llorando al presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, y a los concejales pidiendo información.

Un hermano de Miguel Ángel Azuera, otro de los atrapados, contaba entre sollozos que le habían dicho que Miguel Angel es uno de los que tuvo que ser atendido por intoxicación, pero que, una vez recuperado, había insistido en volver al trabajo.

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