Cartas al director

Propietarios de la libertad

En su carta al director (EL PAÍS, 9 de agosto), el señor Pedro Martín Zaro se refiere a mi artículo Los propietarios de la libertad (EL PAÍS, 2 de agosto) y destaca entre comillas un párrafo del mismo que, según él, dice: "Se crearon ámbitos y tribunas (congreso internacional por la libertad de la cultura...), donde la libertad y sus derivados atraían desde el título como seducción para intelectuales más o menos propensos". (La palabra internacional no figuraba en mi texto). El señor Zaro se pregunta: "¿Propensos a qué?", y no vacila en responderse: "Propensos a enrolarse ...

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En su carta al director (EL PAÍS, 9 de agosto), el señor Pedro Martín Zaro se refiere a mi artículo Los propietarios de la libertad (EL PAÍS, 2 de agosto) y destaca entre comillas un párrafo del mismo que, según él, dice: "Se crearon ámbitos y tribunas (congreso internacional por la libertad de la cultura...), donde la libertad y sus derivados atraían desde el título como seducción para intelectuales más o menos propensos". (La palabra internacional no figuraba en mi texto). El señor Zaro se pregunta: "¿Propensos a qué?", y no vacila en responderse: "Propensos a enrolarse sin reparos al servicio de esos centros de poder". Por supuesto, yo no avalo esa interpretación tan personal y radicalizada. Si aceptara lo que el corresponsal entiende, la operación no habría sido de seducción, sino de simple reclutamiento. Basándose, pues, en una interpretación suya, y no mía, y en una deformada transcripción de mi texto, el señor Zaro se da por agraviado. De modo que le aclaro (y la aclaración sirve también para las personalidades españolas que menciona) que la organización a que hice referencia en mi artículo no era el congreso internacional, etcétera, y menos aún el comité español, sino el llamado Congreso por la Libertad y la Cultura, que en asamblea pública, celebrada en París en 1970 y reseñada oportunamente por el diario Le Monde, reconoció haber sido financiado por la CIA norteamericana. Sobre el congreso internacional no tengo la menor referencia que me autorice a asimilarlo al otro; más bien pienso que se trate de organizaciones diferentes, ya que, mientras el internacional, según el señor Zaro, subsistió hasta finales del franquismo (1975), el otro virtualmente se disolvió cinco años antes, a raíz de haberse hecho pública su mencionada vinculación con la CIA. De modo que el señor Zaro no debe sentirse agraviado por lo que yo no escribí, sino más bien por lo que él malinterpretó y distorsionó por su cuenta y riesgo.- Madrid.

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