El juez Piqueras eleva a sumario la investigación sobre la muerte de la terrorista Lucía Urigoitia

El titular del Juzgado de Instrucción número dos de San Sebastián, Juan Piqueras, que investiga la muerte de la terrorista de ETA Lucía Urigoitia, ha elevado a sumario las diligencias previas instruidas sobre el caso. Juan Piqueras tomó ayer declaración a los vecinos del número 3 de la calle de Errentería, de Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa), donde se produjo el tiroteo que costó la vida a Lucía Urigoitia y heridas a uno de los guardias civiles que intervino en la operación.

El fiscal jefe de la Audiencia Provincial de San Sebastián, Javier Zaragoza, dio a conocer al mediodía de ayer va...

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El titular del Juzgado de Instrucción número dos de San Sebastián, Juan Piqueras, que investiga la muerte de la terrorista de ETA Lucía Urigoitia, ha elevado a sumario las diligencias previas instruidas sobre el caso. Juan Piqueras tomó ayer declaración a los vecinos del número 3 de la calle de Errentería, de Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa), donde se produjo el tiroteo que costó la vida a Lucía Urigoitia y heridas a uno de los guardias civiles que intervino en la operación.

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El fiscal jefe de la Audiencia Provincial de San Sebastián, Javier Zaragoza, dio a conocer al mediodía de ayer varios párrafos del informe de la autopsia en los que se confirma que la terrorista falleció de forma instantánea por un disparo, mortal de necesidad, realizado sobre la parte posterior de su cabeza y a corta distancia. La bala penetró por la cara posterolateral derecha del cuello y salió por la región temporal izquierda.Obviamente, los forenses evitan referirse en su informe a términos tan imprecisos como el de nuca y se atienen a las denominaciones técnicas que les permiten localizar con exactitud los orificios abiertos por los balazos. En los medios judiciales del País Vasco la polémica suscitada en torno al punto exacto por el que penetró el proyectil que mató a Lucía Urigoita se considera de escasa relevancia, e, incluso, fruto de disquisiciones interesadas en desviar la atención sobre la posición en que se encontraba el cuerpo de la víctima, con la frente recostada lateralmente sobre el piso, y el tatuaje de la herida, que muestra que en el mejor de los casos el disparo fue realizado a corta distancia.

Algunas personas entienden que la nuca es la franja posterior inferior de la cabeza, mientras que otras limitan ese término al punto central de esa área. Los forenses donostiarras subrayan que la nuca es un término no registrado en medicina pero algunos invitan a remitirse a la definición que ofrece el diccionario de la Real Academia de la Lengua: "Parte alta de la cerviz, correspondiente al lugar en que se une el espinazo con la cabeza". De acuerdo con esta definición, la bala que mató a Lucía Urigoitia penetró por el lateral derecho de la nuca. En el informe de la autopsia los forenses establecen que el disparo fue efectuado a corta distancia, entendiendo como tal la definición efectuada por Gisbert Calabuig en un tratado editado en 1983. Este autor considera que la corta distancia no supera nunca los 60 o 70 centímetros. Expertos forenses consultados por este periódico señalan que Calabuig se refiere a la utilización de armas largas y de proyectiles de gran potencia, elementos que, a falta de los informes balísticos, no parecen concurrir en el caso. [En el citado informe se describe la trayectoria de la bala como de abajo arriba teniendo únicamente en cuenta la localización de los orificios de entrada y salida en el cuerpo de la etarra. Sin embargo, dado que Lucía Urigoitia estaba tendida con la cabeza apoyada en el suelo la trayectoria en el espacio tuvo que ser de arriba abajo].

Otras fuentes subrayan que los forenses donostiarras que han redactado el informe de la autopsia consideran que la bala que mató a la terrorista de ETA Militar fue probablemente disparada a una distancia inferior a los 40 centímetros, y, de momento, no descartan que el disparo se hiciera en lo que técnicamente se califica como quemarropa, esto es, dentro de[ alcance del fogonazo a la salida del proyectil. El diccionario de la Real Academia asimila la expresión a bocajarro con a quemarropa, y añade, efectuado a corta distancia.

Los forenses describen el orificio de entrada de la bala como una herida "ovalada., de medio centímetro de diámetro máximo, que presenta en su periferia mancha de color negruzco con punteado negro y rojizo, y que! identificamos como tatuaje", expresión que define al conjunto de las marcas dejadas por las partículas de pólvora quemada en la carne.

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Según el informe, el otro disparo que alcanzó a Lucía Urigoitia penetró "por debajo del reborde costal y salió a la altura del hipocondrio derecho". Fue efectuado a larga distancia y la herida que provocó capaz de ocasionar la muerte.

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