Lord Carrington estima que España no está preparada para relevar a los F-16 estadounidenses

El secretario general de la Alianza Atlántica, lord Carrington, no parece creer que la Fuerza Aérea española esté capacitada para sustituir, en las misiones que desempeñan en el marco de la OTAN, a los aviones F-16 de EE UU estacionados en España, cuya salida del territorio español negocian actualmente Madrid y Washington. Carrington, que recibió a EL PAÍS en la sede bruselense de la Alianza, inicia mañana, martes, a última hora de la tarde una visita a Madrid, donde será recibido por el rey Juan Carlos; el presidente del Gobierno, Felipe González, y los ministros de Asuntos Exteriores y Defen...

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El secretario general de la Alianza Atlántica, lord Carrington, no parece creer que la Fuerza Aérea española esté capacitada para sustituir, en las misiones que desempeñan en el marco de la OTAN, a los aviones F-16 de EE UU estacionados en España, cuya salida del territorio español negocian actualmente Madrid y Washington. Carrington, que recibió a EL PAÍS en la sede bruselense de la Alianza, inicia mañana, martes, a última hora de la tarde una visita a Madrid, donde será recibido por el rey Juan Carlos; el presidente del Gobierno, Felipe González, y los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa, Francisco Fernández Ordóñez y Narcís Serra, respectivamente. "Acaso", comenta, "tenga también la oportunidad de ir al Prado una tarde".

Aunque con un lenguaje mucho más matizado que el empleado por el que fue hasta junio el comandante en jefe de la fuerzas aliadas, el general norteamericano Bernard Rogers, Carrington contesta a una pregunta sobre la capacidad de la Fuerza Aérea española de reemplazar a los F-16 de EE UU, recordando primero que "España no está integrada en la estructura militar de la OTAN", que "por ahora no tiene los aviones" y que, por último, los aparatos a sustituir "son 72, lo que es un número relativamente elevado".El secretario general, que rehusó comentar qué consecuencias podría tener para la OTAN el estancamiento de las conversaciones en curso sobre la reducción de la presencia militar de EE UU en España, opinó también que la no integración de las Fuerzas Armadas españolas "haría algo más difícil" que la Marina española pueda sustituir en el Mediterráneo occidental a unidades de la VI Flota norteamericana enviadas al golfo Pérsico para proteger la ruta del petróleo.

Caspar Weinberger, secretario de, Defensa de EE UU, dio a entender en mayo que Italia y España podrían compensar el desplazamiento al Golfo de buques de guerra de su país v Carrington recalcó ante este corresponsal que "es importante que los norteamericanos no tengan la impresión de que a los europeos, con la excepción de Francia y del Reino Unido ( ... ), sólo les preocupa que los norteamericanos sigan allí llevando a cabo su labor".

"Desde un punto de vista de la Alianza", reconoce, sin embargo, el ex secretario del Foreign Office británico, que ahora encabeza la secretaría general de la OTAN, "sería absurdo negar que nos resultaría más fácil que los 16 países miembros estuviesen militarmente integrados ( ... ), pero una vez tomada la decisión de que se prefería a España no integrada antes que tener que renunciar a contar con ella, estamos dispuestos a aceptar las consecuencias".

Una de las consecuencias ha sido la apertura de una negociación para poner a punto las modalidades de la participación española sui géneris en la defensa común y en más de una ocasión la coordinación entre España y la OTAN a propósito de Gibraltar, cuyo mando GIBMED Madrid no reconoce, ha sido descrita como el principal escollo de las conversaciones en curso. Para Carrington, éste no es el mayor obstáculo. "Como España no va a integrarse en la estructura militar", explica, "nuestra estructura no tiene por qué ser alterada ni abolida ( ... ), sino que habrá que encontrar un arreglo que satisfaga a ambas partes" y que permita la coordinación entre las autoridades castrenses españolas y el GIBMED. Asegura a renglón seguido no saber aún en qué podría consistir.

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-El principal problema estrictamente militar de la negociaciones, según Carrington, "para España decidir cuál va a ser su contribución a la Alianza, hasta qué punto los españoles están dispuestos a llegar y en qué condiciones se va a efectuar". En cuanto a la fecha probable en que finalicen las conversaciones, de las que se han celebrado sólo dos rondas, opina que lo esencial "es encontrar soluciones adecuadas y no preocuparse demasiado del horario".

Antes incluso de definir su contribución, España ha empezado a sacar partido de la Alianza porque, asegura su secretario general, "como miembro de la OTAN juega un papel apreciable, que no desempeñaría si no perteneciese a ella, haciendo, por ejemplo, oír su voz en las negociaciones armamentísticas que se desarrollan en Ginebra o Viena", y también sus Fuerzas Armadas adquieren experiencia participando en maniobras de gran envergadura como las aeronavales del Ocean Safari, que tendrá lugar a finales de agosto.

Carrington niega también rotundamente "haber recibido ninguna oferta española" a propósito de la utilización de la finca manchega de Cabañeros como polígono de tiro para los ejércitos atlánticos" y pregunta sorprendido si se ha desatado en España una gran polémica con este motivo. "Pienso", añade, "que en términos generales a lo largo del último año ha habido una especie de confirmación del resultado del referéndum por parte de la opinión pública española". "La gente está ahora convencida de que se hizo entonces una buena cosa" y él siempre estuvo seguro de que el Gobierno español lo ganaría, "aunque no por una mayoría tan amplia".

"He sido nombrado hasta mediados del año próximo y permaneceré en el puesto hasta entonces", concluye Carrington la entrevista, saliendo así al paso de los rumores propagados por el diario Herald Tribune, que pronosticó su dimisión antes de que agotase su mandato de cuatro años.

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