Saneamiento para 1990

F. M.Las nuevas inversiones en centrales nucleares o térmicas de carbón se harán bajo la hipótesis y la esperanza de que "el sector eléctrico estará muy saneado financieramente en 1990", según declaró Fernando Maravall.

Lo que el responsable en materia energética del Ministerio de Industria explicó es que, "a partir de ahora, se va a tener muy en en cuenta el coste de la inversión", en una alusión indirecta de que éste ha sido la fuente de los males del sector.

Minimizar la inversión, procurar alargar la vida de los equipos de generación eléctrica y la política de intercam...

F. M.Las nuevas inversiones en centrales nucleares o térmicas de carbón se harán bajo la hipótesis y la esperanza de que "el sector eléctrico estará muy saneado financieramente en 1990", según declaró Fernando Maravall.

Lo que el responsable en materia energética del Ministerio de Industria explicó es que, "a partir de ahora, se va a tener muy en en cuenta el coste de la inversión", en una alusión indirecta de que éste ha sido la fuente de los males del sector.

Minimizar la inversión, procurar alargar la vida de los equipos de generación eléctrica y la política de intercambios internacionales de energía y de ahorro energético van a ser otras variables. Y todo ello amparado en el marco contable de los costes estándares, "de forma que las empresas se comprometan a construir esas centrales con el tope marcado". En esas coordenadas se fijarán las tarifas.

El año del kilovatio

El año 1986 fue un buen ejercicio para las eléctricas que aumentaron sus beneficios antes de impuestos en un 12,7%. Eso, sin contar FECSA. Incluida ésta, el resultado global es un descenso del 8,3% sobre 1985.

La salvación de FECSA sólo podrá conseguirse si la banca acepta sacrificios, al igual que los accionistas y el resto del sector, de forma que las cargas financieras se reduzcan en 20.000 millones de pesetas anuales durante un período de cinco o seis años. Las fórmulas están en discusión.

El conjunto del sector llevó a cabo el pasado año un importante saneamiento financiero a costa de que los recursos propios se redujeran en conjunto en 119.000 millones de pesetas. Las dificultades de financiación no serán ostensibles hasta agosto, "cuando vence masivamente la deuda de las compañías", pero si el encarecimiento de los tipos de interés es persistente se producirá "una inversión de la actual tendencia positiva".