El período de adaptacion a la CE no sirve, según el presidente de FASA-Renault

El período transitorio para adaptar la economía española a la Comunidad Europea "no existe" y los aranceles y contingentes fijados para estos años "no sirven para nada", según declaró anteayer en Madrid Manuel Guasch, presidente de FASA-Renault. En el sector del automóvil, afirmó, la integración plena "se ha producido ya, porque las importaciones procedentes de Europa han logrado superar esas barreras defensivas por la vía de precios bajos".

Manuel Guasch se refirió al esfuerzo suplementario que está teniendo que acometer la industria española ante la penetración de los productos europe...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El período transitorio para adaptar la economía española a la Comunidad Europea "no existe" y los aranceles y contingentes fijados para estos años "no sirven para nada", según declaró anteayer en Madrid Manuel Guasch, presidente de FASA-Renault. En el sector del automóvil, afirmó, la integración plena "se ha producido ya, porque las importaciones procedentes de Europa han logrado superar esas barreras defensivas por la vía de precios bajos".

Manuel Guasch se refirió al esfuerzo suplementario que está teniendo que acometer la industria española ante la penetración de los productos europeos, que ha superado los límites impuestos en el acuerdo de adhesión. "Me temo", dijo, "que la no existencia del período de adhesión se está produciendo en bastantes sectores, no sólo en el del automóvil". Para avalar sus afirmaciones, el presidente de FASA-Renault esgrimió dos datos: el comportamiento de la balanza comercial con la CE y "la revalorización brutal de los activos comerciales". En los últimos dos años las redes comerciales han multiplicado por dos o por tres su valor, con un comportamiento tan espectacular o más que el registrado en el sector inmobiliario. Los resultados de FASA-Renault fueron el pasado ejercicio muy brillantes, de acuerdo con la tónica de todo el sector del automóvil que ha sido el gran beneficiario de la reactivación del consumo. En 1986, tras un trimestre bajo por el adelantamiento de ventas a finales de 1985 como método para sortar la implantación del IVA, la demanda creció un 20%, mientras la producción creció un 7%. Este desfase ha sido aprovechado por las firmas importadoras, en especial Fiat, que han ampliado su penetración en España en un 65%.FASA-Renault consiguió aumentar sus ventas en un 9% -porcentaje inferior a la media del sector-, pero incrementó sus exportaciones en un 3,6% en un año en que un mercado interno voraz impuso al resto de las firmas un descenso relativo de sus ventas al exterior.

La empresa facturó 292.774 millones de pesetas (77.192 millones en exportaciones), generé un cash-flow de 34.000 millones y dstinó otros 15.000 millones a amortizaciones. Como ha sido tónica en el sector, los beneficios han marcado un récord, de 19.823 millones en este caso.

Si 1986 fue una gran cosecha para los fabricantes de automóviles, este año va a ser mucho mejor, puesto que en el primer semestre las ventas han crecido a un ritmo del 50%, superior incluso a la capacidad productiva de las factorías. En el caso de FASA-Renault, el cash-flow generado en los cinco primeros meses del año es de 21.000 millones de pesetas, lo que representa una mejora de 9.000 milones.

El tirón de la demanda ha provocado problemas de suministros en los modelos más solicitados. La reactivación de la economía ha rebajado el ciclo de renovación de automóviles: si hace tres años los españoles, como media, cambiaban de coche cada ocho años, ahora lo hacen cada siete. Manuel Guasch es inlcuso más optimista que sus colegas y considera que el encarecimiento del dinero y las restricciones de la política monetaria no van a afectar de momento a la compra de autos. Considera que estas medidas, de persistir, sólo dejarán sentir sus efectos negativos a finales de año o en 1988.

Archivado En