LAS CONEXIONES EN EL TRÁFICO DE DROGAS

Garrido niega las acusaciones del delincuente

El gobernador civil de Sevilla, Alfonso Garrido, negó ayer tajantemente las acusaciones del presunto traficante de drogas alemán Albert Alain Wolfel, según las cuales el propio Garrido está implicado en las actividades del alemán, reclamado por Suecia y ahora en paradero desconocido. En una conferencia de prensa, el gobernador criticó e ironizó sobre la policía de Suecia, "que tiene fama de ser muy profesional y muy seria", por difundir "a la prensa sensacionalista" sueca tales acusaciones, basadas únicamente en la palabra de una persona que, según los datos que aportó Garrido, "es un camioner...

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El gobernador civil de Sevilla, Alfonso Garrido, negó ayer tajantemente las acusaciones del presunto traficante de drogas alemán Albert Alain Wolfel, según las cuales el propio Garrido está implicado en las actividades del alemán, reclamado por Suecia y ahora en paradero desconocido. En una conferencia de prensa, el gobernador criticó e ironizó sobre la policía de Suecia, "que tiene fama de ser muy profesional y muy seria", por difundir "a la prensa sensacionalista" sueca tales acusaciones, basadas únicamente en la palabra de una persona que, según los datos que aportó Garrido, "es un camionero que dice, al parecer, en su declaración a la policía que tiene un socio protegido por mí".La orden de detención de Wolfel, dictada por Interpol siguiendo instrucciones de un juez de Estocolmo, tiene fecha del pasudo 10 de junio, dijo Garrido. Según los datos de Interpol que facilitó el gobernador a este periódico, Wolfel fue detenido 16 veces entre 1966 y 1975 en la República Federal de Alemania, Francia, Bélgica y el Reino Unido, por tráfico de drogas, robos y rapiña, entre otras acusaciones. También estuvo en prisión en Portugal en mayo de 1987.

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Historial delictivo

En España, Wolfel fue detenido por tráfico de drogas en Oviedo en 1980, y en Ceuta en 1984, por lo que estuvo ingresado en la prisión de Cádiz seis meses. El 27 de enero de 1982, en La Coruña, se dictó contra él una orden de expulsión de España, que nunca se llegó a cumplir. Fue de nuevo detenido en Marbella en 1984, pero el juez no aplicó la orden de expulsión dictada dos años antes, sin que el gobernador civil de Sevilla se explique los motivos. Wolfel aún sufrió otra detención en Málaga, en 1986. Sin embargo, a pesar de¡ amplio historial delictivo, en los servicios informáticos de la policía española no consta ninguna requisitoria judicial contra Wolfel, salvo la de Interpol. Garrido anunció que se revisarán "uno a uno los sumarios y se hará un requerimiento a la fiscalía sobre los procedimientos judiciales".

Actualmente Wolfel está huido, y el máximo interés del gobernador -que es delegado del Gobierno en Andalucía en funciones, al estar vacante el puesto- y de la policía española es detenerlo para que explique sus acusaciones. Garrido dijo que conocía desde el martes el asunto, "por una llamada de una redactora del periódico EL PAÍS".

En opinión de Alfonso Garrido, las acusaciones vertidas contra él pueden formar parte de una estrategia habitual de la Mafia internacional, en su intento de desprestigiar a las autoridades que se distinguen por luchar activamente contra el tráfico de estupefacientes. El gobernador criticó a la policía sueca por el desinterés mostrado por investigar las actividades de Wolfel durante sus pesquisas cuando el pasado mes de febrero varios funcionarios suecos se trasladaron a Málaga para inspeccionar el domicilio del alemán y desistieron al ver que la cerradura había sido cambiada.

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