Cuando la tarde languidece

La terraza es una pasarela Muchos van a ver, y otros a ser vistos. Esta incipiente tradición comenzó en la zona de Recoletos hace poco más de tres veranos Lo más variopinto de las tribus madrileñas se juntaba a ser admirado en las terrazas del Gijón, El Espejo y El Teide. Modernos y contraculturales alternaban con niños bien y chicas de Serra no. Juntos pero no revueltosEste año, con matices de más alta sofisticación, la gente acude a partir del atardecer, pero más puesta de atavío que antes.

Hay en las terrazas toda una vida social donde, aun con informalidad, se va imponiendo cierto t...

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La terraza es una pasarela Muchos van a ver, y otros a ser vistos. Esta incipiente tradición comenzó en la zona de Recoletos hace poco más de tres veranos Lo más variopinto de las tribus madrileñas se juntaba a ser admirado en las terrazas del Gijón, El Espejo y El Teide. Modernos y contraculturales alternaban con niños bien y chicas de Serra no. Juntos pero no revueltosEste año, con matices de más alta sofisticación, la gente acude a partir del atardecer, pero más puesta de atavío que antes.

Hay en las terrazas toda una vida social donde, aun con informalidad, se va imponiendo cierto tono elegante. Poco a poco, el personal se ha ido agrupando por afinidades que van desde la estética hasta la política. Así se habla de la terraza de los progres, la de los pijos o la de los carcas. Se puede hablar de terraceo tal como de tapeo. Ir de terrazas sustituye en verano el ir de tapas. Se trata de saltar de una a otra a lo largo de la noche.

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