Tribuna:

Carreras

Los expertos encargados de reformar los planes de estudio de la Universidad han propuesto la creación de 50 nuevos títulos. Excelente. Ése es el camino para sacar del atolladero a nuestra cada día más intransitiva y despistada Universidad. Veamos el nombre de las flamantes carreras: Bioquímica, Ciencias de los Materiales, Tecnología de los Alimentos, Ingeniería Civil, Traducción, Documentación, Musicología, Ingeniería Química, Telemática, Ingeniería Nuclear, Ciencias Ambientales, Psicología Social. Alto ahí. A ver si lo entiendo. ¿Me quieren decir que en la Universidad española no existen actu...

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Los expertos encargados de reformar los planes de estudio de la Universidad han propuesto la creación de 50 nuevos títulos. Excelente. Ése es el camino para sacar del atolladero a nuestra cada día más intransitiva y despistada Universidad. Veamos el nombre de las flamantes carreras: Bioquímica, Ciencias de los Materiales, Tecnología de los Alimentos, Ingeniería Civil, Traducción, Documentación, Musicología, Ingeniería Química, Telemática, Ingeniería Nuclear, Ciencias Ambientales, Psicología Social. Alto ahí. A ver si lo entiendo. ¿Me quieren decir que en la Universidad española no existen actualmente esas licenciaturas? ¿Llaman novedades a esas enormes disciplinas más o menos interdisciplinares que ya son tópicos académicos desde hace la tira? ¿Será posible que esas ciencias, técnicas o saberes hayan permanecido hasta la fecha reducidos a una asignatura, extraviados en un departamento?Ahora me explico muchas cosas. En primer lugar, el célebre ensimismamiento de la Universidad española. Con esa mentalidad es lógico que nuestra máxima institución cultural haya permanecido al margen de todos los debates culturales y que las polémicas intelectuales se hayan trasladado de las aulas a los medios, de las tarimas profesorales a las tribunas periodísticas, del claustro académico a la verbena municipal. En segundo lugar, me explico la cifra de licenciados en paro. Esas o parecidas titulaciones que califican de novedosas o, lo que es más patético, de escandalosas, son desde hace una mutación industrial la más importante fuente de empleos. Seamos claros. Muchas de esas carreras inéditas no son del futuro: son de la época de Unamuno. Y no cito en vano al símbolo de la intelectualidad a la española. A la vez que tenía noticias de estas reformas, descubrían los eruditos unas cartas del genial rector en las que, no satisfecho con el "que inventen ellos", matiza: "Me cago en la electricidad y en la máquina de vapor". Para que luego digan que los intelectuales del pasado no influyen en el futuro.

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