La policía italiana cree que el asesinato del general Giorgieri es parte de una alianza 'euroterrorista'

La muerte, en la noche del viernes, de un general del Ejército del Aire italiano a manos de un grupo escindido de las Brigadas Rojas ha suscitado el temor del resurgimiento de la violencia en Italia y la creencia de la policía de que el atentado forma parte de una alianza euroterrorista, que apunta a la desestabilización de las estructuras militares dos fuerzas militares vinculadas a Estados Unidos. El suceso coincidió con la difícil crisis de gobierno, debido al enfrentamiento entre la Democracia Cristiana (DC) y el Partido socialista (PSI), dos fuerzas fundamentales de la anterior coalición ...

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La muerte, en la noche del viernes, de un general del Ejército del Aire italiano a manos de un grupo escindido de las Brigadas Rojas ha suscitado el temor del resurgimiento de la violencia en Italia y la creencia de la policía de que el atentado forma parte de una alianza euroterrorista, que apunta a la desestabilización de las estructuras militares dos fuerzas militares vinculadas a Estados Unidos. El suceso coincidió con la difícil crisis de gobierno, debido al enfrentamiento entre la Democracia Cristiana (DC) y el Partido socialista (PSI), dos fuerzas fundamentales de la anterior coalición gubernamental.

El presidente de la República, el democristiano Francesco Cossiga, rindió ayer homenaje a los restos mortales del general del Aire Licio Giorgieri, asesinado el viernes, en Roma, por la Unión de Comunistas Combatientes, una de las dos fracciones en que se encuentran divididas las Brigadas Rojas.Simultáneamente, el ministro del Interior, Oscar Luigi Scalfaro, reunía en la sede de su ministerio a los altos mandos de la policía, los carabineros y los órganos de la seguridad del Estado para estudiar el nuevo y gravísimo atentado contra un personaje simbólico que era director general de Armamento Aeronáutico y Espacial, responsable de los proyectos y adquisición de todo el material usado por el Ejército del Aire italiano para funciones militares ofensivas y defensivas.

Ayer Roma aparecía atenazada por las fuerzas del orden con numerosos puestos de control en busca de los posible responsables del asesinato del general Giorgieri.

Es ya tradicion en Italia que el llamado partido del terror, se presente puntual a la cita, con su lenguaje violento, cada vez que se produce una crisis de Gobierno, que en esta ocasión puede incluso desembocar en una crisis del régimen.

De cualquier modo, los observadores insisten en que el atentado del viernes estaba ya de algún modo anunciado por varios motivos. Entre ellos porque el aparente silencio del ala nueva o militar de las Brigadas Rojas era, según los expertos, sólo una estrategia para reorganizarse y buscar nuevas perspectivas de acción y no un fracaso político de las mismas.

El magistrado romano Domenico Sica, el mejor conocedor seguramente del lenguaje de los movimientos de las Brigadas Rojas, lo había ya anunciado en varias ocasiones.

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Leyendo, además, las últimas resoluciones de dicha fracción aún activa de las Brigadas Rojas -y constituida, al parecer, por lo menos de 300 miembros, cada uno de los cuales cuenta a su vez con tres cómplices- se podía observar que el nuevo objetivo a golpear era el militar.

Estrechos lazos

Por otra parte, en Francia, hace sólo veinte días, la policía había encontrado en una base de Acción Directa documentos que confirmaban los estrechos lazos entre los terroristas italianos y los de otros países europeos.Una de las características de las Brigadas Rojas, según los brigadólogos o expertos de este fenómeno terrorista italiano, es que cuando llevan a cabo una acción con maestría, deben realizar enseguida otra como efecto de la llamada estrategia del éxito. Es una forma de atraer prosélitos, sobre todo entre los jóvenes. Y estaba aún caliente la brillante operación realizada en Roma semanas atrás con el atraco a una furgoneta de Correos y el asesinato de dos carabineros.

Últimamente se hablaba con insistencia en los ambientes policiales de que probablemente la Unión de Comunistas Combatientes, como se define la nueva generación de brigadistas rojos, quizá aún capitaneados por viejos terroristas en la clandestinidad, estaban preparando un secuestro político de envergadura en Roma. Ahora hay quien piensa que el asesinato del general Giorgieri puede haber sido la sustitución de dicho proyecto.

En este último atentado lo que más preocupa es el hecho de que el general asesinado apenas era conocido no sólo por la opinión publica sino en el mismo ámbito del Gobierno. Sólo ahora se ha sabido que tenía una misión tan importante como la compra de todo lo que sirve a este país para la defensa y la ofensiva en el campo de la aeronáutica. Y que era el general que conocía todos los secretos de la defensa de Italia, así como también el mayor experto en el problema de la guerra de las galaxias.

Algunas fuerzas políticas de la oposición se preguntan cómo podían tener dichas informaciones los terroristas y por qué un general con tanta responsabilidad y tantos secretos no viajaba con coche blindado y escolta.

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