La dimisión del ministro brasileño de Planificación desencadenará una profunda reforma administrativa

El ministro de Planificación de Brasil, Joáo Sayad, dimitió en la tarde del martes. Con esa actitud, podrá desencadenar una reforma ministerial de grandes proporciones en el Gobierno del presidente Sarney. La noticia de la salida del economista Joáo Sayad del Gobierno no fue una sorpresa. Desde noviembre pasado, cuando el Ejecutivo decretó el fin del plan cruzado, liberando los precios y llevando al país a una espiral inflacionaria sin precedentes, fueron evidentes las discrepancias entre Sayad y el ministro de Hacienda, el industrial Dilson Funaro. A partir de entonces, el desgaste...

El ministro de Planificación de Brasil, Joáo Sayad, dimitió en la tarde del martes. Con esa actitud, podrá desencadenar una reforma ministerial de grandes proporciones en el Gobierno del presidente Sarney. La noticia de la salida del economista Joáo Sayad del Gobierno no fue una sorpresa. Desde noviembre pasado, cuando el Ejecutivo decretó el fin del plan cruzado, liberando los precios y llevando al país a una espiral inflacionaria sin precedentes, fueron evidentes las discrepancias entre Sayad y el ministro de Hacienda, el industrial Dilson Funaro. A partir de entonces, el desgaste sufrido por Sayad se acentuó rápidamente.

Cuando, en febrero, el presidente Sarney decidió declarar una moratoria, Sayad se encontraba internado en un hospital, víctima de meningitis. Aun así, participó formalmente en la reunión del presidente con el Consejo de Seguridad Nacional, donde se anunció que Brasil suspendía los pagos de las tasas de servicio e interés de la deuda externa. En aquella ocasión, Sayad respaldó totalmente la medida adoptada por el presidente, a pesar de no haber sido consultado al respecto.

Consciente de la creciente falta de espacio dentro del Gobierno, Sayad intentó terminar un nuevo programa de estabilización de la economía, con tesis francamente opuestas a las del ministro de Hacienda. Su plan fue rechazado por el presidente y, a partir de entonces, la salida del ministro pasó a ser considerada como una cuestión de pocos días. En la tarde del martes, al entregar a Sarney su carta de renuncia, Sayad escucho la petición para que se quedara un poco más en su puesto, para evitar la precipitación de una reforma ministerial y para no dar a los acreedores externos la imagen de una crisis en el Gobierno brasileño. Quiso saber cuánto tiempo debería esperar. "Un mes", contestó el presidente. "Lo siento, es demasiado", afirmó Sayad, quien formalizó su salida en el mismo día.

Repercusiones internas

Pero si a nivel externo la salida de Sayad no provoca ningún efecto inmediato, a nivel interno podrá ser el detonador de una serie de cambios importantes. El presidente Sarney había programado una reforma ministerial para abril o mayo. Trató de aplazarla después de la declaración de la moratoria, para no parecer como jefe de un Gobierno debilitado frente a los acreedores internacionales y con una grave crisis económica interna. Ahora, con la salida de uno de sus principales ministros, el presidente se encuentra en una situación delicada. Además de cambios ministeriales se ve forzado a decidir rápidamente si creará o no un ministerio de economía. Esa especie de superministerio deberá reunir al Ministerio de Planificación y al de Hacienda, concentrando íntegramente el poder sobre todo lo que se refiere a la economía del país.La crisis se refleja por todos los lados. El presidente se enfrenta a un Parlamento y líderes políticos que discuten la duración de su mandato, mientras que la opinión pública recuerda que José Sarney fue nombrado por un colegio electoral bajo la promesa de realizar un Gobierno de transición y convocar elecciones presidenciales en un plazo breve. Los acreedores internacionales asumen posiciones duras desde la declaración de la moratoria, y una crisis en el equipo económico terminó por provocar la salida de uno de los zares de la economía.