"Dejémosles celebrar", dice Ponce Enrile

Juan Ponce Enrile, el otrora poderoso jefe militar que jugó un papel clave en el auge y caída del ex dictador Ferdinand Marcos, está hoy, por primera vez en dos décadas, fuera del Gobierno. Destituido por Corazón Aquino tras un intento de golpe militar encabezado por oficiales pro-Ponce Enrile, el ex ministro de Defensa se enfrenta ahora, a sus 64 años, a un dudoso futuro político como líder de la derecha.

"Dejémosles celebrar", dijo Ponce Enrile, en una reciente entrevista, en relación con la conmemoración del primer aniversario del régimen democrático. "Nunca pensé que el Gobierno...

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Juan Ponce Enrile, el otrora poderoso jefe militar que jugó un papel clave en el auge y caída del ex dictador Ferdinand Marcos, está hoy, por primera vez en dos décadas, fuera del Gobierno. Destituido por Corazón Aquino tras un intento de golpe militar encabezado por oficiales pro-Ponce Enrile, el ex ministro de Defensa se enfrenta ahora, a sus 64 años, a un dudoso futuro político como líder de la derecha.

"Dejémosles celebrar", dijo Ponce Enrile, en una reciente entrevista, en relación con la conmemoración del primer aniversario del régimen democrático. "Nunca pensé que el Gobierno fuera a borrar nuestros rostros de las imágenes de la revolución", agregó. "Los que no hicieron nada, salvo esconderse, son ahora los que claman haber sido los cabecillas de la revolución. Estoy seguro de que, en el fondo de sus corazones, se sienten vacíos e incómodos por el hecho de que lo que ellos afirman es totalmente falso", dijo.

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Respecto a la presidenta Corazón Aquino, Ponce Enrile cree que, tarde o temprano, caerá: "Quiere siempre resultar popular, pero así no se puede gobernar un país; en algún momento tendrá que tomar decisiones impopulares, y eso puede llevarla a su fin".

Hace un año, Ponce Enrile era aclamado como un héroe, protegido por cientos de miles de personas que rodeaban un campo militar para apoyar su ruptura con Marcos. El pasado domingo, alejado del general Fidel Ramos y de su sustituto al frente del Ministerio de Defensa, Rafael Ileto, apenas si congregó a un puñado de políticos afines y a vanos cientos de militares que todavía le respaldan. Ramos mantiene su popularidad, y tal vez pueda, en el futuro, aspirar a la presidencia. Pero se encuentra sometido a nuevas presiones de sectores que le consideran débil y vacilante.

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