Los socialistas italianos, salpicados por un nuevo escándalo financiero

Turín, la capital de la Fiat, la seria, la trabajadora, se ha visto golpeada por un escándalo político-financiero que afecta al Partido Socialista Italiano (PSI). La ciudad se defiende diciendo que "en el resto del país las cosas no van mejor".

El empresario Gianfranco Maiocco, de 49 años, ha acabado en la cárcel por una quiebra de 4.000 millones de pesetas. En los interrogatorios ante los jueces ha arrastrado consigo a personajes importantes del partido socialista, al confesar que les facilitó dinero.

Han resultado así salpicados en el escándalo, citados por el magist...

Turín, la capital de la Fiat, la seria, la trabajadora, se ha visto golpeada por un escándalo político-financiero que afecta al Partido Socialista Italiano (PSI). La ciudad se defiende diciendo que "en el resto del país las cosas no van mejor".

El empresario Gianfranco Maiocco, de 49 años, ha acabado en la cárcel por una quiebra de 4.000 millones de pesetas. En los interrogatorios ante los jueces ha arrastrado consigo a personajes importantes del partido socialista, al confesar que les facilitó dinero.

Han resultado así salpicados en el escándalo, citados por el magistrado, aunque sólo como testigos, hombres de primera plana, como Nerio Nesi, presidente de Banca Nazionale del Lavoro; Claudio Signorile, actual ministro de Transportes, de la izquierda del PSI, y hasta Giorgio Benvenuto, secretario general del sindicato Unión Italiana de Trabajadores (UIL).

Todos ellos han confesado haber recibido dinero de un modo u otro, pero no para lucro personal, sino para su partido o sindicato, y, concretamente, para apoyar en las elecciones a candidaturas socialistas.

Benvenuto ha explicado que le ofrecieron dos millones de pesetas para "calmar ciertas tensiones sindicales" en una fábrica. Primero, rechazó el dinero, y cuando le dijeron que ya lo habían ingresado, pidió que se empleara para apoyar a un candidato de UIL para las elecciones europeas.