Aviso: no hay estupefacientes

En los últimos cinco años, una farmacia de Móstoles ha sufrido 28 atracos a mano armada. Luis, su propietario, no entiende la predilección de los atracadores por su establecimiento. "Quizá", cuenta, "porque tengo a dos mujeres como empleadas". Luis recuerda que algunos asaltantes han repetido cinco veces y admite que no siempre ha puesto denuncia."Vienen en un estado tremendo, temblando, te das cuenta de que les da igual ocho que ochenta". La farmacia de Pilar C. M., situada en Fernando el Católico, 10 (barrio de Argüelles), ha sufrido 14 atracos en 1986, y dos en lo que va de año. "La mayoría...

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En los últimos cinco años, una farmacia de Móstoles ha sufrido 28 atracos a mano armada. Luis, su propietario, no entiende la predilección de los atracadores por su establecimiento. "Quizá", cuenta, "porque tengo a dos mujeres como empleadas". Luis recuerda que algunos asaltantes han repetido cinco veces y admite que no siempre ha puesto denuncia."Vienen en un estado tremendo, temblando, te das cuenta de que les da igual ocho que ochenta". La farmacia de Pilar C. M., situada en Fernando el Católico, 10 (barrio de Argüelles), ha sufrido 14 atracos en 1986, y dos en lo que va de año. "La mayoría -un 90%- de los atracadores vienen con el síndrome de abstinencia.

El establecimiento está atendido por la farmacéutica y dos auxiliares, pero no creen que influya nada el sexo, a pesar de que una farmacia próxima, atendida por dos hombres, no es asaltada.

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Como en la mayoría de los casos, sólo denuncia cuando roban droga -porque están obligados- y no dinero: "La última vez me dijeron en comisaría que al Gobierno no le interesa que se hagan denuncias".

El más fuerte de los psicotropos, Rohipnol, suele ser el objetivo. Una caja de 20 pastillas, que cuesta 294 pesetas, se vende clandestinamente a 15.000 pesetas la pastilla.

"Nos han atracado 17 veces, la última hace un mes", dice la esposa del titular de la farmacia de la calle de Alejandro Sánchez, 51, en Carabanchel. Esta farmacia, que ha tenido puesto durante algún tiempo el cartel "No hay estupefacientes", no ha sufrido asaltos en busca de droga, sino de dinero.

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