Un perturbado con una infancia difícil

Richard John McLauclin, de 24 años, volvió a confesar ayer que quería matar a Juan Pablo II "por razones democráticas", y explicó que desea "una sociedad más libre, mientras que el Papa quiere cada día más dinero para sus ambiciones políticas".McLauclin, que ha sido acusado de violar la ley sobre las personas protegidas -como está considerado el Papa en Australia-, será procesado el próximo 10 de diciembre.

Según noticias aparecidas ayer en la Prensa local, McLauclin fue al colegio sólo hasta los 12 años. Hijo de divorciados, su conducta comenzó a presentar alteraciones desde temprana e...

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Richard John McLauclin, de 24 años, volvió a confesar ayer que quería matar a Juan Pablo II "por razones democráticas", y explicó que desea "una sociedad más libre, mientras que el Papa quiere cada día más dinero para sus ambiciones políticas".McLauclin, que ha sido acusado de violar la ley sobre las personas protegidas -como está considerado el Papa en Australia-, será procesado el próximo 10 de diciembre.

Según noticias aparecidas ayer en la Prensa local, McLauclin fue al colegio sólo hasta los 12 años. Hijo de divorciados, su conducta comenzó a presentar alteraciones desde temprana edad. Le hospitalizaron durante nueve meses en una clínica psiquiátrica, de donde salió en 1975, y no hace poco como se dijo en un primer momento. Desde entonces no se volvió a saber nada de él hasta que hace unos meses apareció en Sidney donde, con una pequeña pensión por invalidez, alquiló en las afueras de la ciudad una habitación de 15 metros cuadrados. La policía la ha encontrado llena de colillas, con ropa tirada por el suelo y, sobre una mesita, un dibujo de una monja con una metralleta en la mano, a la cual mataba otra mujer.

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La pena máxima a la que puede ser condenado es de seis años de cárcel, a no ser que se le considere enfermo mental.

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