El Estado francés, el segundo mayor empresario de España
El Estado francés es el segundo patrón o empresario en España, después del Instituto Nacional de Industria (INI), tanto por el volumen de negocios como por el número de puestos de trabajo de las empresas en las que tiene participación.Francia es, además, el primer cliente comercial de España y el segundo suministrador. Aunque la entrada española en la CE hizo temer que se produjera un desequilibrio comercial y una invasión de productos franceses en el mercado español, al reducirse las barreras aduaneras y arancelarias tras el ingreso en la Comunidad el pasado mes de enero, la realidad muestra ...
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El Estado francés es el segundo patrón o empresario en España, después del Instituto Nacional de Industria (INI), tanto por el volumen de negocios como por el número de puestos de trabajo de las empresas en las que tiene participación.Francia es, además, el primer cliente comercial de España y el segundo suministrador. Aunque la entrada española en la CE hizo temer que se produjera un desequilibrio comercial y una invasión de productos franceses en el mercado español, al reducirse las barreras aduaneras y arancelarias tras el ingreso en la Comunidad el pasado mes de enero, la realidad muestra que los intercambios siguen evolucionando a favor español, aunque haya descendido ligeramente la tasa de cobertura de la balanza comercial, hecho calificado de "normal" por el director general de Comercio, Guillermo de la Dehesa. En el primer semestre de 1986, la tasa de cobertura ha pasado de la cifra de 130% que venía siendo favorable a España el pasado año, a un porcentaje entre el 115% y el 120%.
En el período enero-agosto, y según datos de Aduanas, las exportaciones a Francia ascendieron a 448.029 millones de pesetas (un aumento del 11.8% respecto del año anterior), mientras las importaciones de Francia fueron 329.626 millones de pesetas (un aumento del 14,4%).
La cooperación industrial hispano francesa, importante en el sector del automóvil -que supone la primera partida de las ventas españolas a Francia, con una cifra que en 1985 superó los 250.000 millones de pesetas- tiene perspectivas de concretarse en el sector de¡ armamento, con la eventual participación española en la cofabricación del carro de combate Lince, si las autoridades de Defensa españolas se deciden por esta opción frente al carro alemán Leopard.
La eventual participación española, a través de Telefónica, en el consorcio CGE-ITT, que se decirirá en las próximas semanas, supondría un fuerte impulso en las relaciones bilaterales en el campo de las telecomunicaciones, de fuerte implantación en España a través de varias multinacionales francesas.