Golpe de mano de los accionistas minoritarios españoles en Hispano Alemana de Construcciones

Los accionistas minoritarios españoles en Hispano Alemana de Construcciones (HASA), representados por José Joaquín Barneto García y Joaquín Casasús López-Hermosa, han protagonizado un espectacular golpe de mano contra el sector extranjero, abrumadoramente mayoritario en el accionariado de la sociedad, cuya primera concreción ha sido la destitución de Hans Langner del puesto de consejero delegado de la sociedad.

Para el cargo de director general de HASA ha sido nombrado Manuel Carbajosa, actualmente en Ginés Navarro Construcciones, SA. Hace ya semanas que las luces rojas comenzaron a enc...

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Los accionistas minoritarios españoles en Hispano Alemana de Construcciones (HASA), representados por José Joaquín Barneto García y Joaquín Casasús López-Hermosa, han protagonizado un espectacular golpe de mano contra el sector extranjero, abrumadoramente mayoritario en el accionariado de la sociedad, cuya primera concreción ha sido la destitución de Hans Langner del puesto de consejero delegado de la sociedad.

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Para el cargo de director general de HASA ha sido nombrado Manuel Carbajosa, actualmente en Ginés Navarro Construcciones, SA. Hace ya semanas que las luces rojas comenzaron a encenderse en la sede del Patrimonio del Estado, que el 2 de agosto de 1985 enajenó la constructora del holding Rumasa a manos de un conglomerado de inversores extranjeros reunidos especialmente para la ocasión bajo las siglas de Transworld Construction Inc.Al Patrimonio, que debe tutelar el cumplimiento de las cláusulas del contrato de compraventa, comenzaron a llegar rumores sobre problemas de liquidez en HASA, lo que causó la natural alarma, dada la cuantía de las ayudas oficiales concedidas en su día -11.069 millones de pesetas cash, entre otros renglones- a los compradores.

El desasosiego que la compra de la también constructora Huarte y Cía., el 20 de diciembre de 1985, por los nuevos dueños de, HASA había causado a nivel, gubernamental parecía concretarse. El temor se resumía en que los hombres de Transworld hubieran usado la liquidez proporcionada por las generosas ayudas oficiales que habían recibido para comprar Huarte, dejando HASA descapitalizada.

La primera prueba de fuego debía tener lugar el 1 de agosto pasado. Ese olía, Transworld debía hacer efectivo en Rumasa, SA, el primer pago de los 900 millones de pesetas aplazados a siete años, que los compradores asumieron pagar por la compra de Hispano Alemana de Construcciones -habían entregado 100 millones de pesetas al contado a la firma del contrato- El pasado 1 de agosto citado, sin embargo, Rumasa recibió su cheque reglamentario, del Banco Pastor por importe de los 128,5 millones de pesetas.

Tormenta

La tormenta, sin embargo, había tenido como escenario el propio Consejo de Administración de HASA -90% del capital social en poder de Transworld Construction Inc., y 10% en manos de los españoles Barneto y Casasús y del mexicano Juan Fernández Monreal, titulares de la filial española Transworld Construction Inc., SAE-De acuerdo con numerosos testimonios recogidos, la parte española, fortalecida con el apoyo de los nuevos accionistas nacionales de Huarte -el más importante de los cuales, con el 25%, es Mario Caprile-, estaba profundamente disgustada por la escasa atención gerencial que HASA había recibido desde la compra por parte del consejero delegado, el alemán Hans Langner, al parecer volcado en otras muchas actividades que le mantenían alejado de España de forma casi permanente. La idea del golpe de mano comenzó a madurar, y la ocasión ideal de actuar se presentó ante el pago de los 128,5 millones de pesetas y las dificultades de liquidez de Hispano Alemana de Construcciones.

Atado de pies y manos

El bloque español sondeó al Patrimonio sobre el efecto que a nivel oficial causaría el golpe de mano. El silencio administrativo recibido por toda respuesta fue interpretado como un plácet para actuar.

Comoquiera que Larigner no pudo recabar de los accionistas mayoritarios los 128 millones requeridos, los minoritarios españoles, a través de una inversora denominada Casol, al parecer vinculada a Joaquín Casasús, se brindaron a aportarla totalidad de la suma, aunque requirieron en garantía la pignoración de las acciones en manos de los mayoritarios. Si Langner quería desh.acer la operación, el pasado día 30 de septiembre debía hacer efectivos a Casol los millones que se adelantaron para poder atender el pago a Rumasa.

Pero el martes 30 de septiembre, Langner y sus socios extranjeros no pudieron devolver la cantidad correspondiente, por lo que los minoritarios españoles ejecutaron la pignoración de las acciones. Langner estaba atado de pies y manos. La concreción del golpe tuvolugar en una tormentosa reunión del Consejo de Administración de HASA, celebrada el pasado martes día 7 de octubre, en la cual Langner fue destituido de su puesto de consejero delegado.

La nueva relación de fuerzas se tradujo en el nombramiento en la misma reunión de dos nuevos consejeros: Salomé González, actual subdirectora financiera de HASA, y Alfonso Aguilar, director general de Huarte, además del nuevo director general, Manuel Carbajosa, aunque este nombramiento no ha podido ser confirmado con el propio interesado. Pero la batalla accionarial en HASA dista mucho de haber quedado resuelta.

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