Editorial:

La guerra Irak-Irán

EN SEIS años, la guerra Irak-Irán ha causado probablemente un millón de muertos. Es una guerra encallada, que forma parte del cuadro de todo el arco islámico en el que se busca la permanencia de la inestabilidad y la apertura continua de las grandes heridas. Pero también una guerra a la que se suman intereses internacionales para que no cese. Y no sólo por el buen mercado de ar mas que supone, sino porque es una ruptura cómoda, útil y autogenerada de la unidad islámica.Irak calculó mal cuando inició su ofensiva, hace ahora seis años, con viejos pretextos fronterizos. Creyó demasiado en la prop...

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EN SEIS años, la guerra Irak-Irán ha causado probablemente un millón de muertos. Es una guerra encallada, que forma parte del cuadro de todo el arco islámico en el que se busca la permanencia de la inestabilidad y la apertura continua de las grandes heridas. Pero también una guerra a la que se suman intereses internacionales para que no cese. Y no sólo por el buen mercado de ar mas que supone, sino porque es una ruptura cómoda, útil y autogenerada de la unidad islámica.Irak calculó mal cuando inició su ofensiva, hace ahora seis años, con viejos pretextos fronterizos. Creyó demasiado en la propaganda universal de que el régimen de Jomeini estaba desfondado, empobrecido y era tan odiado por Occidente como temido por la URSS. No advirtió que, en primer lugar, se temía sobre todo una especie de imperialismo cultural, político y religioso que ambicionaba Sadam Hussein y que, finalmente, la guerra iba a reforzar el régimen de Jomeini el cual, con una guerra exterior claramente defensiva, conseguiría una mayor unidad interna de la que tenía en ese momento. La agresión iraquí penetró profundamente en los primeros momentos en el territorio enemigo, cuyo ejército se encontraba diezmado por la represión; pero los militares supervivientes encontraron una buena ocasión para rehabilitarse y en el pueblo apareció una causa nacional. Jomeini, a su vez, se equivocó al creer que su irradiación religiosa y su condición de mensajero de Dios iban a levantar al pueblo de Irak contra el usurpador Sadam Hussein. Y los dos se equivocaron al creer que el arma del petróleo -la producción, las rutas- podría favorecer a cada uno de ellos. Precisamente, desde entonces, el petróleo ha perdido gran parte de su valor.

Las contraofensivas de Jomeini consiguieron liberar su territorio y penetrar en él del enemigo; pero no mucho más allá de las fronteras y, desde luego, sin procurar una erosión suficiente en el jefe rival. Reyes de ajedrez, su partida se prolonga desde entonces. Las alternativas son muchas veces engañosas y el jaque no afecta a ninguno de ellos. Afecta, eso sí, a sus pueblos -las víctimas- y a sus economías: destrozos, supresión de ventas, adquisición de material de guerra arruinan sus recursos. Irak, que antes de su errónea aventura vendía petróleo por 30.000 millones de dólares, quizá no supere hoy los 6.000 o 7.000 millones; sus gastos en armas modernas -entre otras, los aviones Super Étendard y los misiles Exocet franceses que bombardean los petroleros abastecidos en Irán; algunos, españoles- le han llevado a la bancarrota, de la que le salva la ayuda de las petromonarquías que tratan de mantener el país en el clan de los moderados y, sobre todo, de impedir el triunfo de la teocracia integrista de Jomeini. Irán, mientras tanto, vive entre los harapos y la iluminación religiosa, esperando una guerra santa que no llega, entregando al clero todos los puestos de responsabilidad y el más cruel de los poderes, temiendo la muerte del anciano Jomeini y viendo caer, también, el precio de su crudo.

Los intentos de mediación -los países árabes y sus frágiles instituciones, los otros jeques íslámicos, la Asamblea General de la ONU- han fallado; probablemente porque se han hecho sin convicción y sin deseos de paralizar una sangría que sigue siendo útil. Porque la guerra Irak-Irán, una de las grandes tragedias que afectan al Tercer Mundo, es a la vez una de las formas larvadas de contención del revolucionanismo islámico.

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