Juristas españoles dan fe de que en Guatemala y El Salvador continúan el terror y los abusos

Los juristas españoles Juan Manuel Castells, Juan Alberto Belloch y Jose María Mena y el miembro de la Comisión de Derechos Humanos de España Amalio García, que han efectuado un viaje de 11 días por Guatemala y El salvador, han afirmado a su regreso que "las violaciones de los derechos humanos han disminuido cuantitativamente" en ambos países "desde la asunción del Gobierno por los líderes democristianos Vinicio Cerezo y José Napoleón Duarte, pero subsisten íntegros los factores estructurales y los instrumentos que hicieron posible las masacres y represiones del pasado; la historia pued...

Los juristas españoles Juan Manuel Castells, Juan Alberto Belloch y Jose María Mena y el miembro de la Comisión de Derechos Humanos de España Amalio García, que han efectuado un viaje de 11 días por Guatemala y El salvador, han afirmado a su regreso que "las violaciones de los derechos humanos han disminuido cuantitativamente" en ambos países "desde la asunción del Gobierno por los líderes democristianos Vinicio Cerezo y José Napoleón Duarte, pero subsisten íntegros los factores estructurales y los instrumentos que hicieron posible las masacres y represiones del pasado; la historia puede volver a repetirse en cualquier momento".Los juristas, que próximamente harán público un informe sobre su viaje, coincidieron en señalar que las desapariciones, torturas y asesinatos continúan en ambos países, si bien en menor escala, con diferentes métodos y un carácter más selectivo que en el pasado. En ambos casos "el poder militar", como dijera a la comisión un obispo guatemalteco, constituye el obstáculo principal para un cambio con garantías para el respeto de los derechos humanos.

En Guatemala, el Grupo de Apoyo Mutuo, que agrupa a familiares de víctimas de la represión, ha documentado la existencia de 1.482 personas desaparecidas, 4.7 de ellas este mismo año. De "patética" calificó la comisión la suerte de los cientos de miles de huidos y desplazados en el interior de Guatemala que no pueden regresar a sus lugares de origen.

El hecho de que en El Salvador haya una guerra civil, a juicio de los juristas propicia un estado de permanente vulnerabilidad de las personas y facilita los abusos tanto del Gobierno como de la guerrilla, ("en una relación de ocho a dos", según la fórmula de uno de los encuestados en ese país).