Daniloff y Zajarov recuperan su libertad y quedan en manos de sus embajadas en Moscú y Washington
El periodista norteamericano Nicholas Daniloff y el físico soviético Guennadi Zajarov, detenidos bajo la acusación de espionaje en Moscú y Nueva York, respectivamente, dejaron ayer en libertad bajo la custodia de sus embajadas. Daniloff, de 52 años, corresponsal en Moscú del semanario US News & World Report, fue detenido por el KGB (Comité Estatal de Seguridad) el pasado 30 de agosto, en la capital soviética, acusado de espionaje.
Con similar acusación, una semana antes, en Nueva York, el FBI arrestaba a Zajarov, de 39 años, empleado de las Naciones Unidas y sin inmunidad diplomática.Tr...
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El periodista norteamericano Nicholas Daniloff y el físico soviético Guennadi Zajarov, detenidos bajo la acusación de espionaje en Moscú y Nueva York, respectivamente, dejaron ayer en libertad bajo la custodia de sus embajadas. Daniloff, de 52 años, corresponsal en Moscú del semanario US News & World Report, fue detenido por el KGB (Comité Estatal de Seguridad) el pasado 30 de agosto, en la capital soviética, acusado de espionaje.
Con similar acusación, una semana antes, en Nueva York, el FBI arrestaba a Zajarov, de 39 años, empleado de las Naciones Unidas y sin inmunidad diplomática.Tras intensas negociaciones, Moscú y Washington encontraron una fórmula para salvar la cara. Daniloff y Zajarov salieron de sus cárceles y fueron puestos bajo la custodia de sus embajadas, a la espera someterse a juicio en las naciones en que han sido detenidos Hasta entonces no regresarán a sus países de origen.
La detención de Daniloff había provocado tensión entre las superpotencias, llegando incluso a poner en peligro las posibilidades de una próxima cumbre entre los líderes de los dos países, Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, respectivamente.
La Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) aseguró que, tras cuatro años de seguimiento y control, detuvo a Zajarov in fraganti con documentos secretos que había obtenido de un estudiante guayaní que trabajaba para una empresa de fabricación de material para el Departamento de Defensa de EE UU.
La detención del periodista se produjo mientras recogía de un informador soviético un sobre con documentos marcados "secreto".
Ninguno de los dos países quiso aceptar un canje puro y simple del periodista por el físico, pues habría significado reconocer la culpabilidad de los implicados.