Depósitos de combustible junto a Marivent

Los depósitos de combustibles que tiene instalados la compañía Campsa junto al palacio de Marivent han constituido un permanente motivo de preocupación en Palma desde que los Reyes de España fijaron su residencia veraniega en este palacio, hace unos 15 años.En los últimos meses la polémica se ha recrudecido al frustrarse un primer acuerdo entre el ayuntamiento de la ciudad y Campsa para trasladar, mediante un oleoducto subterráneo, el contenido de estos inmensos tanques hasta el otro extremo de la bahía de Palma. Es decir, desde el dique del oeste, donde actualmente se encuentran, hasta Son Ba...

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Los depósitos de combustibles que tiene instalados la compañía Campsa junto al palacio de Marivent han constituido un permanente motivo de preocupación en Palma desde que los Reyes de España fijaron su residencia veraniega en este palacio, hace unos 15 años.En los últimos meses la polémica se ha recrudecido al frustrarse un primer acuerdo entre el ayuntamiento de la ciudad y Campsa para trasladar, mediante un oleoducto subterráneo, el contenido de estos inmensos tanques hasta el otro extremo de la bahía de Palma. Es decir, desde el dique del oeste, donde actualmente se encuentran, hasta Son Banya, donde se sitúa una de las zonas más industriales de la isla. La operación, valorada en unos 4.000 millones de pesetas, se ha convertido en una pesadilla para no pocas autoridades baleares y nacionales.

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Los depósitos del dique del oeste tienen, al parecer, capacidad para almacenar el combustible que se consume en Mallorca a lo largo de una semana. Pero el desarrollo de la isla y el incremento constante de turistas que llegan hasta aquí, especialmente en los meses de verano, hace que empiecen a resultar un dispositivo insuficiente.

Los proyectos existentes para llevar el combustible al otro extremo de la bahía no han satisfecho, no obstante, a todas las partes implicadas. Así, el ayuntamiento de Palma se resiste a construir un oleoducto subterráneo, mientras que el otro proyecto, es decir, un oleoducto bajo el mar, ha encontrado la oposición entre otros, de los vecinos de Son Banya que lo consideran más peligroso.

La ventaja que representa el dique del oeste, donde actuálmente se encuentran los depósitos de Campsa sobre el nuevo emplazamiento previsto se reduce a la mayor proximidad del primero del puerto comercial a donde llega el combustible. No obstante, la zona industrial de Mallorca está instalada en el otro extremo de la bahía, hacia Son Banya, dirección en la que se ubica, por ejemplo, una de las centrales eléctricas de Mallorca próxima al aeropuerto de Son San Juan que se alimenta de fuel-oil, combustible que es transportado hasta allí desde los depósitos próximos a Marivent por un incesante tráfico de camiones que atraviesa la bahía.

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