El problema del agua

En esta parte del reino de: Valencia que comprende las comarcas de la Marina alta y baja se viene produciendo un hecho que acarreará consecuencias no bien conocidas pero de carácter, creo, negativo. Me refiero a la explotación de los acuíferos subterráneos.De todos es conocido el crecimiento de población que ha experimentado la comarca. Crecimiento que tiene como causa mas evidente la afluencia turística en una zona ya bastante poblada, con una agricultura de regadío en expansión. Estos dos elementos, población y agricultura, son los que han incrementado, con su desarrollo, el consumo de agua....

En esta parte del reino de: Valencia que comprende las comarcas de la Marina alta y baja se viene produciendo un hecho que acarreará consecuencias no bien conocidas pero de carácter, creo, negativo. Me refiero a la explotación de los acuíferos subterráneos.De todos es conocido el crecimiento de población que ha experimentado la comarca. Crecimiento que tiene como causa mas evidente la afluencia turística en una zona ya bastante poblada, con una agricultura de regadío en expansión. Estos dos elementos, población y agricultura, son los que han incrementado, con su desarrollo, el consumo de agua.

Tiempo atrás la zona se abastecía con los manantiales y con el curso de los ríos. Como la aportación de estas aguas de superficie no era suficiente para atender a la creciente demanda, se empezaron a practicar perforaciones.

Han pasado años desde aquel boom de los sesenta y han concurrido circunstancias -crisis, cambios políticos, sequía- que aconsejaban una actuación más seria y responsable. Pero lejos de solucionar- el asunto, seguimos con la política que ya tanto conocemos: crecer y crecer, deslumbrados por una ficticia abundancia económica. Así hemos llegado a las restricciones como algo habitual, a la salinización. de los pozos en la Marina alta, a la captación de las extracciones entre sí, al agotamiento de algunos acuíferos... Y parece ser, según opinión de los técnicos en aguas subterráneas, que el futuro es más negro aún.

La Administración, que nos prometió numerosos cambios, no ha modificado positivamente la calidad medioambiental. Por el contrario, se afana más bien en favorecer el libre mercado que en controlar los desmanes del capital, el cual, en cuestiones de equilibrio natural, es miope, egoísta y demoledor- Luis Felipe Verdú.