El defensor del pueblo canario atiende las quejas en su domicilio ante la falta de medios
El defensor del pueblo canario, Luis Cobiella, no ha sido dotado de medios por la comunidad autónoma, tres meses después de haber tomado posesión, a pesar de que en los presupuestos del Parlamento regional se destinan 29 millones de pesetas para financiar su gestión en lo que queda de año. Cobiella encarna la figura histórica del Diputado del Común, similar a la del Defensor del Pueblo nacional, y se ha visto obligado hasta ahora a atender las quejas recibidas en su domicilio particular.
El cargo de Diputado del Común fue creado por una ley de la comunidad autónoma en febrero del pa...
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El defensor del pueblo canario, Luis Cobiella, no ha sido dotado de medios por la comunidad autónoma, tres meses después de haber tomado posesión, a pesar de que en los presupuestos del Parlamento regional se destinan 29 millones de pesetas para financiar su gestión en lo que queda de año. Cobiella encarna la figura histórica del Diputado del Común, similar a la del Defensor del Pueblo nacional, y se ha visto obligado hasta ahora a atender las quejas recibidas en su domicilio particular.
El cargo de Diputado del Común fue creado por una ley de la comunidad autónoma en febrero del pasado año, con el fin de defender los derechos de los ciudadanos frente a la Administración. Solamente existen, además de él, defensores del pueblo en otras dos autonomías, Cataluña y Andalucía. La escasez de personas e infraestructura, que amenaza con hipotecar la eficacia de esta institución con sede en la isla de La Palma, es calificada de "absurda e insostenible" por el propio Cobiella, quien confía en que "la buena voluntad del presidente del Parlamento agilice el necesario equipamiento" para cumplir su misión.
Desde marzo, el Diputado del Común sólo ha podido estudiar 20 de las algo más de 100 reclamaciones que le han sido formuladas. Hace pocos días que cuenta con la colaboración de una secretaria, pero los contratiempos han sido mayores desde que se le averió una antigua máquina de escribir de la que se valía. "Estoy contestando las cartas a mano", afirma. El defensor debe disponer por ley de un letrado asesor, dos administrativos y un conductor. Su puesto es el único que no radica en una de las dos islas mayores. Aún no ha nombrado adjuntos en el resto de las islas hasta.