Humbert Rovira, condenado a 8 años de prisión por malversación de caudales públicos

La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia de Barcelona ha condenado a ocho años de prisión mayor a José María Humbert Rovira, ex gerente de la empresa Conductoras de Barcelona, SA, por un delito de malversación de caudales públicos. En la sentencia también se impone la pena de seis años de prisión para Francisco García Martínez, acusado del mismo delito. Los procesados fueron juzgados el pasado 22 de mayo por apropiarse de unos cuadros y tapices almacenados en depósito judicial.

Trece cuadros, cuatro acuarelas y un tapiz, valorados en 680.000 pesetas, fueron depositados en la empres...

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La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia de Barcelona ha condenado a ocho años de prisión mayor a José María Humbert Rovira, ex gerente de la empresa Conductoras de Barcelona, SA, por un delito de malversación de caudales públicos. En la sentencia también se impone la pena de seis años de prisión para Francisco García Martínez, acusado del mismo delito. Los procesados fueron juzgados el pasado 22 de mayo por apropiarse de unos cuadros y tapices almacenados en depósito judicial.

Trece cuadros, cuatro acuarelas y un tapiz, valorados en 680.000 pesetas, fueron depositados en la empresa Conductoras de Barcelona, SA, dedicada al almacenamiento de bienes embargados en procedimientos judiciales, en mayo de 1981.El procesado Francisco García, entonces empleado de la empresa de Humbert, realizó el traslado y posteriormente llevó los objetos al domicilio de Humbert en Esplugues de Llobregat. Mientras tanto, se realizó la subasta pública de los bienes y fueron adjudicados a Ramón Coll.

La malversación de caudales se descubrió cuando Coll fue a recoger los cuadros que había adquirido y le comunicaron que no se encontraban depositados en la empresa de Humbert, situada en el número 112 de la calle de Badal de Barcelona. Posteriormente, este procesado vendió los bienes a personas no identificadas, según señala la sentencia.

Ésta es la primera vez que condenan a Humbert Rovira por la acusación de malversación de caudales, pese a que en marzo pasado fue juzgado por el mismo delito en la Sección Tercera de la Audiencia de Barcelona, tribunal que le absolvió.

En aquella ocasión, la denunciante fue una mujer, Dolores Larrancho, que afirmó que Humbert Rovira había vendido sus muebles, que se encontraban depositados en el citado almacén. Tras varias negativas del empresario, la comprobación de si estos bienes estaban depositados no se pudo realizar a causa del incendio del almacén.

Incendios sospechosos

Las causas que generaron el fuego no fueron aclaradas, aunque la denunciante sostuvo que fue el mismo Humbert el que provocó el incendio para que no se pudiera descubrir que sus muebles habían desaparecido. El tribuna¡ entendió que no se podía asegurar si los bienes fueron vendidos o no ya que, en teoría, se destruyeron en el incendio.Por este motivo, dictó sentencia absolutoria para Humbert Rovira. Éste no fue el primer incendio en locales regentados por este procesado, pues a mediados de la década de los setenta otro de sus almacenes sufrió un siniestro similar, cuyas causas no se conocieron.

Por otra parte, Humbert Rovira fue juzgado y condenado en octubre de 1980 por dos delitos de usura. El ex empresario fue detenido en 1983 e ingresó en la Modelo, prisión de la que salió en libertad provisional en 1984. En diciembre de 1985, Humbert Rovira ingresó de nuevo en la cárcel Modelo de Barcelona tras ser detenido por la policía en Algeciras (Málaga), acusado de un supuesto delito de contrabando y otro de tráfico de estupefacientes, causas que todavía no han sido vistas en juicio.

Denunció corrupciones

El ahora condenado denunció en julio de 1983 una red de corrupciones judiciales. Humbert Rovira aseguró que había distribuido 200 millones de pesetas entre 20 funcionarios judiciales como pago por su colaboración. El ex empresario ahora condenado era una persona muy conocida en medios judiciales, sobre todo en juzgados de distrito.El propio Humbert Rovira aseguró en la vista oral celebrada en mayo pasado que habitualmente conseguía que los bienes embargados judicialmente fueran depositados en sus locales, porque era una persona que gozaba "de gran prestigio".

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