Alerta militar en Sri Lanka para hacer frente a la ofensiva independentista tamil

El Gobierno de Sri Lanka ha decretado la alerta de las fuerzas armadas después de que independentistas tamiles volaran el viernes un tren cuando se aproximaba a Colombo, la capital de la isla. Cincuenta y dos personas -de ellas, 21 soldados- han perdido la vida y centenares han resultado heridas en el antiguo Ceilán en las últimas 48 horas en antentados reivindicados por uno de los movimientos guerrilleros de la etnia tamil, Tigres Liberadores del Elam Tamil, que pretenden la formación de un Estado independiente en Sri Lanka. El estado de alerta no se vivía ayer de una forma muy aparatosa en C...

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El Gobierno de Sri Lanka ha decretado la alerta de las fuerzas armadas después de que independentistas tamiles volaran el viernes un tren cuando se aproximaba a Colombo, la capital de la isla. Cincuenta y dos personas -de ellas, 21 soldados- han perdido la vida y centenares han resultado heridas en el antiguo Ceilán en las últimas 48 horas en antentados reivindicados por uno de los movimientos guerrilleros de la etnia tamil, Tigres Liberadores del Elam Tamil, que pretenden la formación de un Estado independiente en Sri Lanka. El estado de alerta no se vivía ayer de una forma muy aparatosa en Colombo, salvo por la presencia de controles militares en algunos lugares céntricos.

También se realizaba una minuciosa inspección con detectores de metales de los coches que aparcaban en las entradas de los hoteles importantes de la ciudad. En el aeropuerto de Katunayake, los trámites de entrada y aduana se realizaban con normalidad para los pocos turistas que llegaban a esta isla al sur de la India, en otro tiempo denominada del paraíso.La virtual situación de guerra civil étnica que vive la República de Sri Lanka amenaza con desbordar al Gobierno del presidente Junius Richard Jayewardene, que hace de la cuestión tamil un tema exclusivamente terrorista, al que, por tanto, hay que responder con las armas. Las conversaciones indirectas mantenidas hasta ahora a través de la India como mediador no han servido de nada. Desde que en 1983 estalló la violencia entre la mayoría cingalesa y budista y la minoría predominante de los tamiles hindúes (con una matanza de estos últimos), 7.000 cadáveres han ensangrentado este país tropical de 15 millones de habitantes.

El representante indio en Colombo abandonó ayer la capital de Sri Lanka, tras una larga entrevista con el presidente Jayewardene, para informar de la situación al jefe del Gobierno indio, Rajiv Gandhi. En el sur de la India, en Madrás, capital del Estado tamil Nadu (50 millones de habitantes tamiles y Gobierno en coalición por el Partido del Congreso, el del primer ministro), tienen su cuartel general los movimientos independentistas tamiles de Sri Lanka.

La guerra, en la capital

El brutal atentado del sábado por la tarde contra el expreso de Colombo, en el que al menos tres de las víctimas mortales eran niños, marca claramente el propósito de los separatistas tamiles de llevar la guerra a la capital de Sri Lanka.Ya en la última semana, sendas bombas estallaron en la sede de correos y en una planta embotelladora de la ciudad. El 3 de mayo, los tamiles reivindicaron la voladura en la pista de despegue de un Lockheed Tristar que partía con turistas hacia las cercanas islas Maldivas.

La explosión del tren que une con Colombo las localidades orientales de Trincomalee y Batticaloa, zonas de fuerte implantación tamil, estaba calculada para producirse en la superpoblada estación de la capital, 600.000 habitantes. El convoy se retrasó algunos minutos y por ese motivo la carnicería se ha reducido a sus dimensiones actuales de 13 muertos y cerca dé un centenar de heridos.

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El Ejército ha decidido prohibir la entrada en Colombo de los vehículos pesados procedentes de Jaffna, la ciudad del norte controlada por los separatistas tamiles. La medida ha sido adoptada tras comprobarse que el explosivo que el viernes mató a otras 11 personas en una planta embotelladora del centro de la capital de Sri Lanka había sido colocado en uno de los envases vacíos cargados en la península de Jaffna.

Los guerrilleros tamiles parecen estar en condiciones técnicas de colocar artefactos en lugares tan insólitos como cajas de fruta o carne que sale del matadero. La ciudad de Jaffna, en el extremo norte del país, junto al estrecho que separa Sri Lanka de la India, fue atacada durante los últimos días por la aviación y el Ejército cingaleses, en un intento fallido para desalojar de ella al principal y más radical de los grupos tamiles que tienen allí su bastión, los Tigres Liberadores del Elam Tamil.

Los acontecimientos de los últimos días, se señala en Colombo, marcan probablemente el fin de una etapa de lucha en la que hasta cinco grupos independentistas han librado batalla con las fuerzas regulares de este país -y sólo con ellas- en zonas periféricas. La consigna tamil se centra ahora en llevar la guerra por el medio que sea al corazón de la nación y en lograr una mayor repercusión civil e informativa de sus acciones.

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