Ardanza desea fortalecer la presencia vasca en la Comunidad Europea

José. Antonio Ardanza, presidente del Gobierno vasco, reiteró ayer su deseo de fortalecer la presencia de la comunidad autónoma vasca ante la Comunidad Europea (CE), de modo que sea informada directamente y escuchada sobre asuntos de su interés en los escenarios de la Europa comunitaria. Ardanza preconizó la participación de la comunidad autónoma vasca en los órganos comunitarios consultivos, subrayó la responsabilidad del Estado en la defensa de los intereses de las comunidades autónomas en todo aquello que afecte a sus competencias y se refirió al surgimiento en Europa de un centralismo de n...

José. Antonio Ardanza, presidente del Gobierno vasco, reiteró ayer su deseo de fortalecer la presencia de la comunidad autónoma vasca ante la Comunidad Europea (CE), de modo que sea informada directamente y escuchada sobre asuntos de su interés en los escenarios de la Europa comunitaria. Ardanza preconizó la participación de la comunidad autónoma vasca en los órganos comunitarios consultivos, subrayó la responsabilidad del Estado en la defensa de los intereses de las comunidades autónomas en todo aquello que afecte a sus competencias y se refirió al surgimiento en Europa de un centralismo de nuevo cuño, que criticó.

José Antonio Ardanza insistió en la reivindicación de una circuscripción electoral vasca propia para Europa, preconizó un cambio en el modelo estatal europeo vigente y saludó la integración europea como un paso decisivo en la solución del problema del terrorismo, en el curso de una conferencia que pronunció ayer en el club Siglo XXI, de Madrid, sobre Una visión vasca de Europa. La conferencia precede a la presentación del programa y las listas electorales del Partido Nacionalista Vasco que hoy realizará en Madrid el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, en lo que se interpreta como una ofensiva política nacionalista de largo alcance.En su conferencia, José Antonio Ardanza señaló que la supresión aduanera implícita en la integración europea jugará un papel muy destacado en él futuro del País Vasco, donde, a su juicio, producirá cambios que calificó de "espectaculares".

Ardanza aseguró que el mismo reto que el nacionalismo vasco encara ante la integración europea va a ser afrontado por el nacionalismo español, cuya existencia reafirmó y al cual auguró igualmente un futuro crítico debido al esfuerzo supranacional que la unificación de Europa va a acarrear. Sobre este aspecto, Ardanza dijo que los problemas que aguardan al idioma castellano en el futuro europeo integrado pueden ayudar a que los vascos sean mejor comprendidos cuando plantean "su angustia y preocupación por la supervivencia del idioma vasco".

Tras destacar la vocación europeísta de muchos demócratas vascos, a quienes rindió homenaje, vocación en cuyo seno aseguró haberse educado políticamente, el presidente del Gobierno autónomo vasco destacó que él proceso Me unificación de Europa era un objetivo anhelado y por el que se debía luchar. "Hoy Europa es una idea atractiva en Euskadi, tal vez más que en cualquier sitio, y esta implantación constituye", dijo Ardanza, "una formidable garantía de estabilidad y de futuro democrático para todos".

El lendakari subrayó el esfuerzo desplegado por su Gobierno en la política educativa orientada al conocimiento de Europa, la familiarización del personal al servicio del sector público vasco con la idea de una Administración encuadrada en el marco europeo y la pugna por tener acceso a los foridos estructurales y a las ayudas económicas disponibles en las Comunidades Europeas.

Entre los aspectos negativos de la integración, Ardanza señaló el que implica el embate arancelario, el del impuesto sobre el valor añadido y otras formas fiscales que han comenzado a sufrir algunas empresas. Asimismo, el presidente del Gobierno autónomo vasco puso énfasis en los problemas derivados del proceso de aplicación del derecho comunitario y de las políticas europeas, así como en los que genera la adopción de decisiones.

Criticó luego lo que interpretó como un intento por impedir el derecho del País Vasco a recabar y tener acceso de forma directa a la información comunitaria.

Se negó a aceptar la tendencia centralizadora de nuevo cuño que aseguró observar en la actividad política de algunos Estados europeos y criticó las orientaciones según las cuales se intenta adoptar medidas igualatorias que sean válidas para las 17 comunidades autónomas españolas.