Cartas al director

Iberia y la cultura

Como viajero empedernido que soy, y con las suficientes horas de vuelo y retraso a cuestas como para curarme en salud, quisiera expresar mi perplejidad ante el artículo firmado por Gabriela Cañas (25 de marzo de 1986) sobre las honradas intenciones que abriga la compañía Iberia de mejorar su imagen.Me parece muy bien que Iberia apueste por la cultura como "valor en alza" pero, válganos Dios, que Iberia salve la cultura y sobre todo que la cultura salve a Iberia...

Naturalmente no digo nada en contra ni de los autores seleccionados ni del comité seleccionador. Confío en que desarrollarán...

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Como viajero empedernido que soy, y con las suficientes horas de vuelo y retraso a cuestas como para curarme en salud, quisiera expresar mi perplejidad ante el artículo firmado por Gabriela Cañas (25 de marzo de 1986) sobre las honradas intenciones que abriga la compañía Iberia de mejorar su imagen.Me parece muy bien que Iberia apueste por la cultura como "valor en alza" pero, válganos Dios, que Iberia salve la cultura y sobre todo que la cultura salve a Iberia...

Naturalmente no digo nada en contra ni de los autores seleccionados ni del comité seleccionador. Confío en que desarrollarán una labor meritoria, loable. Ni tampoco en contra del propósito de crear un Premio Iberia de literatura. Suficientes autores españoles hay para estar a la altura de Iberia, y lo digo sin ánimo de ofenderlos.

No quisiera, ni podría tampoco, se lo juro, incurrir en el fácil vicio, casi deporte internacional (y nacional), de ver la paja en el ojo ajeno. Eso me lo impide mi condición de hispanista que hace que los problemas de Iberia me duelan como si fueran míos.

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Pero la verdad es que lo son. Me permito sugerir, por tanto, que se estudie la posibilidad de entregar, y ello sin distinción de clase ni de asiento, copias gratuitas, en español, castellano, cristiano, román paladino o como se quiera llamarlo, de la única obra escrita en lengua de Cervantes cuya lectura urge de verdad, a los mismos ejecutivos que ahora proponen amenizar los vuelos de la compañía con una cierta dosis de cultura: el horario de vuelos vigente. Sobran traducciones. Respetarlo es un acto sin igual de cultura y urbanidad.-

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