Cartas al director

Razonablemente sí

A tan corto plazo del referéndum, entre la agitación de una campaña con el natural trasfondo de política partidista y de posiciones personales encontradas, me atrevo a pedir un momento de serenidad, reflexión y responsabilidad antes de emitir el voto. Y digo emitir el voto porque, con el respeto profundo a la libertad de cada uno, el tema que se somete a votación, que nunca debió ser planteado ni realizado con la pregunta que se presenta, es una realidad a la que hay que hacer frente. España, que no ha sido escenario de ninguna de las dos últimas guerras mundiales, y no ha sentido la necesidad...

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A tan corto plazo del referéndum, entre la agitación de una campaña con el natural trasfondo de política partidista y de posiciones personales encontradas, me atrevo a pedir un momento de serenidad, reflexión y responsabilidad antes de emitir el voto. Y digo emitir el voto porque, con el respeto profundo a la libertad de cada uno, el tema que se somete a votación, que nunca debió ser planteado ni realizado con la pregunta que se presenta, es una realidad a la que hay que hacer frente. España, que no ha sido escenario de ninguna de las dos últimas guerras mundiales, y no ha sentido la necesidad de una Europa unida ante la amenaza soviética, sin embargo hoy es Europa y está en la Alianza Atlántica. Nuestra geografía, vital para la defensa de Europa, no está libre de la amenaza soviética por no pertenecer a la Alianza Atlántica ni por tener los pactos bilaterales con Estados Unidos; estamos, queramos o no, en la defensa total de Europa y en la defensa psicológica de Europa. Pero el español, en su mayoría, no está concienciado en el primero de estos dos aspectos y no ha sido formado en el segundo, y los toma como situaciones extremas que nunca llegarán, y es de esperar que nunca lleguen. Porque estando en el bloque que nos corresponde se mantendrá con más fuerza el equilibrio mundial.Es, por tanto, necesario que nuestros amigos europeos comprendan nuestra realidad y conozcan cómo se pueden plantear situaciones distintas de la forma de estar en la Alianza Atlántica en 1986, correspondiendo plantearlo a quien nos gobierne en cada momento, y no a formulaciones incorporadas en preguntas del referéndum.

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Lo que sí es una realidad es que incorporarse a Europa con plenas obligaciones y derechos con la perspectiva histórica de 1986 es distinto de la forma en que lo hicieron otros países en circunstancias diferentes.

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En esta situación, el referéndum plantea para mí la permanencia o la salida de la Alianza Atlántica, el o el no, y aceptar otra posición en la consulta argumentando las mejores razones de política exterior o interior o criterios de neutralidad erráticos sólo sirve para fomentar y favorecer indirectamente el no.

Yo creo que con la razón sobre el sentimiento, con. la serenidad sobre la agitación, con la reflexión sobre la improvisación, razonablemente se debe votar sí. Yo votaré .-

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