El Gobierno francés vende su parte en Radio Europa 1 nueve días antes de las elecciones

El Gobierno francés ha vendido su participación en la emisora de radio Europa 1 al grupo editorial Hachette, uno de los más importantes del país, que abonará aproximadamente 500 millones de francos, es decir, unos 10.000 millones de pesetas. El Estado controlaba el 34,9% del capital de Europa 1 y el 47% de los votos en la junta general de accionistas a través de la Sociedad Francesa de Radiodifusión (Sofirad).El pasado mes de enero, el presidente François Mítterrand señaló que consideraba anormal "el estatuto de ciertas emisoras periféricas ligadas financiera y jurídicamente a los poderes públ...

El Gobierno francés ha vendido su participación en la emisora de radio Europa 1 al grupo editorial Hachette, uno de los más importantes del país, que abonará aproximadamente 500 millones de francos, es decir, unos 10.000 millones de pesetas. El Estado controlaba el 34,9% del capital de Europa 1 y el 47% de los votos en la junta general de accionistas a través de la Sociedad Francesa de Radiodifusión (Sofirad).El pasado mes de enero, el presidente François Mítterrand señaló que consideraba anormal "el estatuto de ciertas emisoras periféricas ligadas financiera y jurídicamente a los poderes públicos". Ése era, precisamente, el caso de Europa 1.

Su venta, cuando sólo faltan nueve días para las elecciones legislativas, completa las medidas adoptadas por Mitterrand para asegurarse la no beligerancia de los medios audiovisuales en la previsible batalla que se entablará entre un presidente socialista y un eventual primer ministro conservador.

El comprador de Europa 1, Jean Luc Lagardere, presidente de Hachette y de Matra, está ligado a medios políticos liberales, pero constituye una solución menos hostil que Robert Hersant, el principal magnate de la Prensa francesa, propietario, entre otros, de Le Fígaro, que podía haber adquirido la emisora después del 16 de marzo.

Lagardere, que fue ya el principal responsable de Europa 1 entre 1974 y 1981, momento en el que se vio forzado a vender por los propios socialistas, ha hecho una vuelta triunfal: "Como presidente de Hachette, mi obligación es preparar la empresa para que sea competitiva en el siglo XXI, lo que supone el desarrollo del sector audiovisual.