El congreso del PCUS

LOS ANGELES TIMESEl 27º Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética es probable que no sea emocionante. Apretadas filas de impasibles delegados llenarán el Palacio de Congresos del Kremlin, para aplaudir interminables discursos y aprobar cada una de las resoluciones del orden del día, unánimemente. (...)

En realidad, detrás de la fachada de mármol del Congreso, los toques finales se darán sobre una serie de cambios que podrían afectar al mundo, tanto como unas elecciones norteamericanas (...)

El Partido Comunista de la Unión Soviética no es un partido político en mod...

LOS ANGELES TIMESEl 27º Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética es probable que no sea emocionante. Apretadas filas de impasibles delegados llenarán el Palacio de Congresos del Kremlin, para aplaudir interminables discursos y aprobar cada una de las resoluciones del orden del día, unánimemente. (...)

En realidad, detrás de la fachada de mármol del Congreso, los toques finales se darán sobre una serie de cambios que podrían afectar al mundo, tanto como unas elecciones norteamericanas (...)

El Partido Comunista de la Unión Soviética no es un partido político en modo alguno. De acuerdo con la Constitución soviética, es el "guardián legal del Estado". En efecto, es la rama ejecutiva del Gobierno, donde se toman todas las decisiones. El Estado es, en efecto, la rama administrativa del partido, cuya función es ejecutar las decisiones del mismo. En este sistema dual, donde los órganos del partido duplican y controlan a los del Estado, el primero domina a su compañero, en todas las esferas y niveles. (...)

La "castración del Estado" es una característica esencial del sistema. El presidente no preside sobre nada realmente importante. El primer ministro no es la cabeza del Gobierno. Los ministros no son los hombres más importantes en las esferas políticas. Los embajadores no están a cargo de sus embajadas. Todos los funcionarios son unos testaferros. Todos y todo está bajo el poder del Partido. Esto se llama "dictadura del proletariado".

El Partido está sujeto a una disciplina de tipo militar, sus miembros han jurado obedecer las órdenes de los altos órganos del Partido sin protestar. Como buenos soldados, los comunistaas hacen lo que se les dice. (...)

Se pedirá al Congreso que confirme a Gorbachov como secretario general, que suscriba la composición del Politburó y elija un,nuevo Comité Central. Y Mijail Gorbachov podrá decir a los delegados cómo votar. Mientras mantenga la confianza del Politburó, y muchos de sus miembros le deben sus puestos, será capaz de predeterminar las decisiones del Congreso, con pocas posibilidades de rebelión u oposición. (...)

Una vez que los hombres de Gorbachov estén en sus puestos, podrán dirigir la dictadura del partido hasta el final. (...) Para ellos el 27º Congreso será la experiencia más excitante de sus vidas (...)

25 de febrero

LE FIGARO

(...) ¿A qué género pertenecerá el Congreso que acaba de iniciar hoy sus trabajos tras los muros del Kremlin?

Sin duda no se producirá ningún cambio espectacular de personas. Todo indica que Gorbachov ha tomado la precaución de hacer limpieza antes. Desde su llegada al poder, se ha llevado a cabo una gran campaña de depuración bajo dos premisas importantes: un rejuvenecimiento de los cuadros y la eliminación de los mandos mas corruptos. No existe ninguna duda de que el secretario general ha aprovechado esta circunstancia para deshacerse dé los que pudiesen constituir un obstáculo y colocar a sus fieles. Bajo estas premisas, el Congreso tendría que desarrollarse como la sacralización del nuevo número uno del partido. (...)

Pero no es necesario cambiar la letra del dogma para modificar su espíritu o cambiar sus reglas para influir en su aplicación. La modernización de la que Gorbachov ha hecho el caballo de batalla de su reinado no significa que se vaya a alterar lo esencial del régimen, pero por lo menos se trata de mejorar su efectividad. (...) Modernizar es invertir y, por lo tanto, liberar recursos humanos y financieros que tendrán que salir de algún sitio. (...) Para modernizar, es preferible no tener que hacer frente, al mismo tiempo, a los azares de una crisis internacional. (...)

Jean François-Poncet

París, 24 de febrero

THE NEW YORK TIMES

En menos de un año de permanencia en el poder, Mijail Gorbachov ha llevado a cabo una reorganización de los más altos niveles de la dirección soviética de un modo más concienzudo que cualquiera de sus predecesores en tan corto espacio de tiempo. (...)

Se espera que el congreso del PCUS que comienza en Moscú consolide los cambios al nombrar un Comité Central compuesto por un numeroso bloque de nuevos miembros, más de la mitad, según algunas predicciones.

Los aproximadamente 300 miembros del Comité son los que deciden la política del partido entre congresos y componen el equipo preliminar del cual salen más tarde los dirigentes principales.

Más del 30% de los 319 íniembros nombrados en el último congreso, celebrado en 1981, ha muerto, está retirado o ha perdido la posición que le propició un lugar en el Comité Central; muchos más han sido destituídos para dejar el sitio libre a los candidatos de Gorbachov.

La reorganización comenzó casi en el mismo momento en que Gorbachov fue designado secretario gerieral del PCUS el 11 de marzo, y el proceso se ha visto acelerado abruptamente a lo largo de las semanas precedentes al congreso. Una de las más recientes víctimas ha sido Víctor Grishin, quien fue dirigente del partido en Moscú, y que fue expulsado del Politburó la semana pasada. Grishin ha sido el tercer miembro del Politburó destituido bajo el mandato de Gorbachov, junto con el dirigente del partido de Leningrado Gregori Romanov, y el que fuera primer ministro, Tijonov.

En su lugar, Gorbachov ha promocionado a sus hombres, incluyendo al ideólogo Yegor Ligachev, al nuevo primer ministro Nicolai Rishkov, al ministro de Asuntos Exteriores Eduard A. Shevardnadze, al nuevo dirigente del Gospla, agencia de planificación económica, Nicolai V. Talizin, y al responsable de la organización del partido de Moscú, Boris N. Yeltsin.

Serge Schmemann

Nueva York, 25 de febrero