Acaban sin acuerdo las conversaciones tripartitas sobre Oriente Próximo

Las conversaciones prácticamente triangulares entre Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el rey Hussein de Jordania y la Administración de Estados Unidos sobre las contrapartidas ofrecidas al líder palestino a cambio de su aceptación de las resoluciones 242 y 238 del Consejo de Seguridad de la ONU, concluyeron ayer en Amman sin que los interlocutores alcanzasen aparentemente ningún acuerdo.Al término de seis días de intensos contactos celebrados en la capital del reino, donde además de Arafat se encontraban dos altos funcionarios norteamericanos, ha res...

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Las conversaciones prácticamente triangulares entre Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el rey Hussein de Jordania y la Administración de Estados Unidos sobre las contrapartidas ofrecidas al líder palestino a cambio de su aceptación de las resoluciones 242 y 238 del Consejo de Seguridad de la ONU, concluyeron ayer en Amman sin que los interlocutores alcanzasen aparentemente ningún acuerdo.Al término de seis días de intensos contactos celebrados en la capital del reino, donde además de Arafat se encontraban dos altos funcionarios norteamericanos, ha resultado imposible llegar a un consenso. Sin embargo, no está aún claro si la persistencia de las divergencias entre Washington y la resistencia palestina significa el fin del incipiente proceso de paz puesto en marcha a principios del año pasado, o si el monarca jordano reanudará una vez más su labor mediadora entre ambas partes enfrentadas. Yasir Arafat y el rey Hussein se entrevistarán, no obstante, una vez más, por lo que las conversaciones no han concluido formalmente.

La negativa de Arafat a dar su visto bueno a las mencionadas resoluciones mientras Washington se obstine en denegar el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino es el principal escollo surgido a lo largo de estas conversaciones, en las que los negociadores palestinos y estadounidenses no llegaron nunca a verse la cara y dialogaron a través de emisarios jordanos.

Los textos emitidos por el Consejo de Seguridad en 1967 y 1973 estipulan una retirada israelí de los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza, pero reconocen a su vez el derecho del Estado judío a disponer de fronteras seguras y circunscriben la cuestión palestina a un mero problema de refugiados.

Este último punto es el que más reticencias suscita en las filas de la organización palestina, que sólo está dispuesta a aprobar las resoluciones si la Administración del presidente Ronald Reagan efectúa, a su vez, una concesión de peso y reconoce a los palestinos el derecho a la autodeterminación.

Para facilitar ese gesto a Washington, la dirección de la resistencia aceptó, según un consejero de su líder, que el derecho a la autodeterminación fuese ejercido "en el marco de una confederación jordano-palestina" tal y como prevé la "fórmula de acción conjunta" concluida hace casi un año entre el soberano y Arafat, y que equivale a renunciar a la vieja aspiración de crear un Estado palestino independiente. Pero incluso esta propuesta fue rechazada por Estados Unidos.

Los representantes del Departamento de Estado norteamericano proponían, por su parte, según reveló ayer el diario oficioso jordano Jordan Times, un plan que, por primera vez, garantizaba a la OLP la participación en por lo menos una etapa de la eventual negociación siempre y cuando aprobase previamente las famosas resoluciones, pero que fue finalmente rechazado por la central palestina por no incluir el ansiado derecho a la autodeterminación.

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