Cartas al director

¿Dignidad o astucia?

No veo que exista gran diferencia entre creer lo que no vimos y tragar lo que no vemos. Este modo de pensar me inclina a creer que José María Martín Patino confunde la astucia con la dignidad, cuya confusión le permite decirnos en su artículo Balance de una década, publicado en Il Messaggero-EL PAÍS, 4 de enero de 1986, que "la Iglesia ha salido del franquismo con dignidad". No es preciso señalar aquí, porque son harto conocidos, los graves errores cometidos por la Iglesia desde 1936 hasta 1973, fecha ésta en que decide, como apunta José M. Martín Pati...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

No veo que exista gran diferencia entre creer lo que no vimos y tragar lo que no vemos. Este modo de pensar me inclina a creer que José María Martín Patino confunde la astucia con la dignidad, cuya confusión le permite decirnos en su artículo Balance de una década, publicado en Il Messaggero-EL PAÍS, 4 de enero de 1986, que "la Iglesia ha salido del franquismo con dignidad". No es preciso señalar aquí, porque son harto conocidos, los graves errores cometidos por la Iglesia desde 1936 hasta 1973, fecha ésta en que decide, como apunta José M. Martín Patino, manifestarse a favor de un Estado no confesional, o sea, cuando, aunque Franco vive todavía, el franquismo está ya prácticamente muerto. Si las acciones negativas de una institución o colectivo humano se resuelven tan gratuitamente, ya podemos empezar a hablar de la dignidad de la Junta Militar argentina, juzgada recientemente, que pretendía salvar a su país del peligro marxista, de la subversión o lo que fuese, iluminada por Las siete palabras de Cristo.

En el mismo ejemplar de EL PAÍS que cito anteriormente, página 10, artículo de Opinión, se dice: "El informe anual de la Asociación pro Derechos Humanos registra la permanente ofensiva contra la libertad de expresión en nuestro país". Claro que no existe libertad de expresión en nuestro país, y nunca tan oportuno un ejemplo: la Asociación pro Derechos Humanos (APDH), además de su magnífico informe anual, edita trimestralmente una estupenda revista, de la que conservo algunos ejemplares, en la cual se publican delicados artículos sobre los derechos humanos. En año y medio que milité como socio de la APDH envié a dicha revista alrededor de una docena de cartas denunciando claras violaciones de los derechos humanos, y no ha sido publicada ni una sola frase de las mismas. Mis críticas no se ajustaban a la línea política establecida por la APDH.-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En