Un problema de interlocutores

Mientras los mineros se concentraban el pasado viernes ante el Ministerio de Industria, a la espera de ser recibidos por algún representante del Departamento, los parlamentarios socialistas de Teruel mantenían una entrevista con el secretario general de la Energía, Martín Gallego, en el Congreso de los Diputados, para tratar precisamente el futuro de la cuenca de Teruel.La UGT de minería -y así lo ha expresado su secretario general, José Antonio Saavedra- no acepta conio negociadores válidos en el problema minero a los parlamentarios socialistas. Y, aparentemente -algún alto cargo de Industria...

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Mientras los mineros se concentraban el pasado viernes ante el Ministerio de Industria, a la espera de ser recibidos por algún representante del Departamento, los parlamentarios socialistas de Teruel mantenían una entrevista con el secretario general de la Energía, Martín Gallego, en el Congreso de los Diputados, para tratar precisamente el futuro de la cuenca de Teruel.La UGT de minería -y así lo ha expresado su secretario general, José Antonio Saavedra- no acepta conio negociadores válidos en el problema minero a los parlamentarios socialistas. Y, aparentemente -algún alto cargo de Industria también lo ha comentado en privado- la Administración tampoco admite como interlocutor a la federación minera de UGT.

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En consecuencia, mientras la Administración intenta llegar a una solución negociando directamente con los parlamentarios socialistas, la UGT de minería rechaza cualquier acuerdo sobre el futuro de la cuenca de Teruel que no sea refrendado por las organizaciones mineras.

Los problemas de entendimiento entre el Gobierno y la federación minera de la central socialista se han visto agravados en las últimas horas. Según comentaron ayer fuentes de este sindicato, la negativa de los responsables de Industria a recibir a los mineros aragoneses, "no ayuda, precisamente a eliminar las crispaciones".

Las mismas fuentes comentaron el profundo malestar causado en la organización minera al saber que, mientras los mineros esperaban el pasado viernes bajo la lluvia, el ministro de Industria y parte de su equipo se encontraba en el interior del edificio negociando el intercambio de activos eléctricos. Máxime cuando se había segurado a los representantes obreros que en el ministerio no había ningún responsable de Industria que pudiera recibirles.

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