Cartas al director

'Refelipéndum' y / o 'refragandum'

Si las cosas siguen así, este referéndum se va a poner imposible. Por un lado, la atomización de la izquierda va a debilitar considerablemente el impulso antialiancista; por otro, va cobrando fuerza el disparatado binomio OTAN sí-bases fuera, refuérzase el ya antiguo OTAN-CEE y endúlzase el oído del patriota con el susurrado y maquiavélico OTAN sí- Gibraltar español. Y es que OTAN combina con todo. Pero por si esto fuera poco, el señor Fraga decide de pronto hacer del noble arte del mimo arma política e inventa la abstención (la activa, claro, no la pasota: "la leal absten...

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Si las cosas siguen así, este referéndum se va a poner imposible. Por un lado, la atomización de la izquierda va a debilitar considerablemente el impulso antialiancista; por otro, va cobrando fuerza el disparatado binomio OTAN sí-bases fuera, refuérzase el ya antiguo OTAN-CEE y endúlzase el oído del patriota con el susurrado y maquiavélico OTAN sí- Gibraltar español. Y es que OTAN combina con todo. Pero por si esto fuera poco, el señor Fraga decide de pronto hacer del noble arte del mimo arma política e inventa la abstención (la activa, claro, no la pasota: "la leal abstención"). Una idea propia de una mente diabólica. Pero no celebre el elogio, don Manuel, porque eso no se le ha ocurrido a usted. Y tampoco le quedaba otro remedio, además. Transformar el referéndum sobre la OTAN en un voto de confianza (o desconfianza) hacia el Gobierno socialista no es viaje para el que necesitemos alforjas: eso, creo, está en la mente de todos desde que el PSOE comenzara a confesar abiertamente su perversión proaliancista. En cuanto a ese mutismo emprendedor que AP supone una estrategia, presumo que se trata, en el fondo, del conocido ardid de capitalizar el consabido 30% de los votos y, de paso, evitar que el previsiblemente elevado índice de abstenciones no se lea como lo que realmente es: fruto de la perplejidad de un amplio sector que observa con estupor cómo lo quePasa a la página12

Viene de la página 11

ayer fue verdad es hoy mentira (una vez más). Y ello por obra y gracia de un programa electoral que, por lo plurisémico y multiforme, más parece obra de novelistas que de políticos. Ya sé que humanum est errare (y hasta de sabios, si se quiere), pero no es menos cierto aquello de homo proponit, sed Deus disponit. Y no digo más.

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La postura de AP es la del que, informado de antemano de la inminencia del perihelio de un cometa (el Halley, por ejemplo), intenta convencer a los más ingenuos de que es él, gran hechicero, quien hará venir desde los espacios exteriores una clara señal de su amistad con los dioses. Pero los españoles no necesitamos que nos anuncien la abstención, ni la abstención necesita a Fraga en modo alguno. Es el Gobierno quien necesitará un buen pretexto, y AP, tan servicial como siempre, ha encontrado la forma de procurárselo al tiempo que se cubre las espaldas: se perjudica (menos de lo que parece) al PSOE, pero se beneficia a la OTAN. Así las cosas, es como si, llegado el momento, la tan cacareada pregunta del referéndum fuera: "¿Desea usted integrarse en la Alianza Atlántica, sí o qué?"-

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