"La cena es para esta noche"

"La cena es para esta noche. Toma un taxi y vete a la estación de...". La curiosa invitación, que sonaba como una orden, culminaba la larga espera de la primera conferencia de prensa de las FP-25.Los anteriores contactos parecían poco serios, y los cinco periodistas que aceptamos embarcarnos habíamos exigido garantías de autenticidad, como la presencia de uno de los 10 supuestos miembros de las FP-25 evadidos en septíembre de la cárcel de Lisboa.

Esta vez, el ceremonial de la conferencia de prensa clandestina se cumplió a rajatabla: citas sucesivas, paseo por calles desiertas has...

"La cena es para esta noche. Toma un taxi y vete a la estación de...". La curiosa invitación, que sonaba como una orden, culminaba la larga espera de la primera conferencia de prensa de las FP-25.Los anteriores contactos parecían poco serios, y los cinco periodistas que aceptamos embarcarnos habíamos exigido garantías de autenticidad, como la presencia de uno de los 10 supuestos miembros de las FP-25 evadidos en septíembre de la cárcel de Lisboa.

Esta vez, el ceremonial de la conferencia de prensa clandestina se cumplió a rajatabla: citas sucesivas, paseo por calles desiertas hasta el edificio suburbano, donde entramos por una puerta para salir a otra calle. Una camioneta sin luz nos llevó con los ojos vendados, durante cerca de media hora, para acabar en lo que nos pareció ser el garaje de un chalé, donde había otros vehículos y un fuerte olor a pintura.

En un estrecho cuarto interior, sentados detrás de una mesa, nos esperaban tres encapuchados. Enfrente de ellos, un pequeño arsenal: metralletas, granadas, pistolas de varios tipos. Como telón de fondo, las banderas -roja, amarilla y negra- de la organización, estrenadas en nuestro honor. A cada lado, otros dos encapuchados armados.

Terminada la conferencia de prensa, y mientras esperamos el transporte de regreso, se establece una charla informal. Como para probar sus palabras de que Mevan, entre acción y acción, la vida de ciudadanos vulgares", se interesan por el resultado del partido Spórting-Athlétic de Bilbao, que tiene lugar esa noche.

De nuevo en la camioneta, ésta se niega a arrancar y nuestros anfitriones la empujan cuesta abajo. Hay una carretera no muy lejos, relativamente frecuentada. Nuestra situación, con los ojos vendados y sentados encima de los bolsos y sacos con las armas, provoca risas y bromas nerviosas.