ARAGÓN

Estafados 102 millones al Ayuntamiento de Zaragoza con una falsa firma del alcalde

El Ayuntamiento de Zaragoza y la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y La Rioja (CAZAR) han sufrido una estafa de 102,5 millones de pesetas por un desconocido. Este falsificó la firma del alcalde en funciones, Antonio González Triviño (Ramón Sainz de Varanda está hospitalizado) y las del interventor y el depositarlo de la corporación, y envió una carta con la orden de pago de dicha cantidad, en nombre del Ayuntamiento, con cargo a una cuenta en dicha entidad financiera.

Ambas instituciones han presentado la correspondiente denuncia y el grupo de estafas de la Jefatura Superior de Po...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Ayuntamiento de Zaragoza y la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y La Rioja (CAZAR) han sufrido una estafa de 102,5 millones de pesetas por un desconocido. Este falsificó la firma del alcalde en funciones, Antonio González Triviño (Ramón Sainz de Varanda está hospitalizado) y las del interventor y el depositarlo de la corporación, y envió una carta con la orden de pago de dicha cantidad, en nombre del Ayuntamiento, con cargo a una cuenta en dicha entidad financiera.

Ambas instituciones han presentado la correspondiente denuncia y el grupo de estafas de la Jefatura Superior de Policía investiga los hechos, "con la lógica reserva para no entorpecer la marcha de las pesquisas", según fuentes policiales que confirmaron que ayer no se habían producido detenciones relacionadas con el caso, aunque sí algunos interrogatorios. Se investiga la posible implicación en la estafa, mediante la entrega de documentos y papel oficial, de alguna persona relacionada con el ayuntamiento.La estafa se descubrió el lunes cuando una de las personas que trabajaban con el presunto estafador, que había montado una empresa fantasma, tras cobrar, el pasado viernes, el cheque por la referida cantidad en el Banco de España, después de entregar el dinero puso en conocimiento del alcalde en funciones, Antonio González Triviño, todo lo ocurrido.

El autor del desfalco "conocía muy bien el trabajo interbancario y las firmas falsificadas, no así el funcionamiento interno del ayuntamiento, pues empleó una forma no habitual en la corporación para ordenar los cobros", según González Triviño, y envió a la CAZAR un falso mandamiento de pago con cargo a una cuenta que el ayuntamiento tiene en esa entidad.

Personal de la caja dio por bueno el mandamiento, al estar redactado en papel oficial y llevar las firmas del alcalde, el interventor y el depositario del ayuntamiento, las tres personas que pueden autorizar la realización de este tipo de operaciones, y extendió el cheque al portador. Un mandado del estafador cobró el referido cheque por 102,5 millones de pesetas en una oficina del Banco de España.

Este empleado, tras entregar el dinero al estafador, denunció los hechos al ayuntamiento, que de esta manera tuvo conocimiento del desfalco 48 horas antes de que llegase a la Corporación la relación habitual del estado y movimiento de sus cuentas de crédito.

El ayuntamiento puso el caso en manos de sus asesores jurídicos y lo denunció a la policía. La CAZAR, por su parte, hizo lo mismo y tras abrir una investigación presentó otra denuncia.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Carta para ordenar el pago

El alcalde accidental, Antonio González Triviño, manifestó ayer en una conferencia de prensa que el presunto estafador no conocía el funcionamiento interno del ayuntamiento -"una de nuestras primeras preocupaciones"- pues empleó una carta para ordenar el pago. "Nosotros no empleamos nunca cartas ni cheques al portador, siempre libramientos cruzados", dijo González Triviño.La interrogante que surge es cómo la CAZAR dio por buena dicha orden si sabía que no era la fórmula habitual del ayuntamiento. González Triviño se limitó a decir que responder a esta pregunta corresponde a la Caja. "Si la CAZAR no nos abona en cuenta esa cantidad diremos lo que tengamos que decir, pero no sucederá pues estamos seguros que se nos abonará".

Fuentes de la entidad financiera manifestaron que no hubo negligencia por parte de sus técnicos, ya que la carta iba escrita en papel oficial y las tres firmas, tras un examen posterior de los expertos, eran correctas o "estaban perfectamente falsificadas".

Archivado En