Niños condenados a ganarse la vida / y 2

La vendimia, un recurso cíclico para emplear a la población infantil

Una denuncia de la UGT de Cádiz ante el Gobierno Civil ha puesto de manifiesto que en las labores de recogida de la uva se emplean niños menores de 16 años y, a veces, menores de 10. Pero, sorprendentemente, la denuncia no significa la excepción, sino la regla: la estampa de niños vendimiando es habitual en la mayoría de los pagos de la zona de Chiclana de la Frontera.

Sin embargo, en el sindicato socialista existe el convencimiento de que esas prácticas son habituales en toda la provincia. Se trata de pequeñas extensiones cuyos propietarios o arrendatarios suelen emplear a sus hijo...

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Una denuncia de la UGT de Cádiz ante el Gobierno Civil ha puesto de manifiesto que en las labores de recogida de la uva se emplean niños menores de 16 años y, a veces, menores de 10. Pero, sorprendentemente, la denuncia no significa la excepción, sino la regla: la estampa de niños vendimiando es habitual en la mayoría de los pagos de la zona de Chiclana de la Frontera.

Sin embargo, en el sindicato socialista existe el convencimiento de que esas prácticas son habituales en toda la provincia. Se trata de pequeñas extensiones cuyos propietarios o arrendatarios suelen emplear a sus hijos menores.

Niños que sonríen

La publicación en un diario provincial de la fotografía de un niño sonriendo mientras participaba en las labores de la vendimia motivó que la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT de la provincia de Cádiz iniciase una investigación, que culminó con la presentación de una denuncia ante el Gobierno Civil y las direcciones provinciales de Trabajo y del Instituto Nacional de Empleo (Inem).

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En el texto del escrito se exponen de forma genérica tres aspectos: la comprobación de que en la zona de Chiclana de la Frontera -existen, además, las de Jerez y Sanlúcar de Barrameda- recogen uva niños menores de 16 años, lo que contraviene el Estatuto de los Trabajadores; la violación de los derechos del niño que supone tal práctica, y la irregularidad común de que las contrataciones para temporeros en la vendimia no se realizan mediante las listas del Inem ni, caso de contratarse directamente, se comunican al citado instituto.

La Delegación Provincial de Trabajo ha prometido a la UGT el envío de inspectores a la zona. Mientras tanto, una inspección ocular de los denunciantes al lugar permitió comprobar que esa práctica es normal en época de vendimia y que se suele hacer desde hace años. Quienes practican el empleo infantil son los mayetos, o propietarios de tierras cuya extensión oscila entre 10 y 15 hectáreas, de las que una o dos están plantadas de viñedo.

Los salarios suelen abonarse a destajo, por carretadas de 700 kilos, por las que se abonan 2.000 pesetas. El destajismo "favorece que las familias empleen a sus hijos menores", señala Francisco Arias, secretario provincial de la UGT en Cádiz.

En el interior de los tajos situados en las propiedades del pago de Los Humos, una madre explicó que su hijo no trabajaba "porque está enfermo. Sólo recoge mazorcas". Más adelante, un joven de 16 años reconoce que recoge uva desde hace dos, y explica que se trata de ayudas entre los pequeños propietarios de fincas cercanas. En otro pequeño minifundio de algo más de una aranzada (media hectárea), el padre se mostraba satisfecho del trabajo de sus hijos de 10 y 12 años en la corta de la uva, almacenamiento en los capazos de esparto y traslado hasta el tractor.

Padre patrón

"El mayor no trabaja, quiero que estudie; pero estos pequeños, que trabajarán la tierra, tienen que hacerlo desde chicos, porque esto es duro", dice el padre. Los dos pequeños comentan sin pudor que se levantan a las siete de la mañana y se recogen a las ocho de la tarde. Ellos, junto con un hermano de 19 años, el padre y un amigo de éste, recogerán en algo más de una semana entre 15.000 y 20.000 kilos de uva.

En un extenso viñedo colindante con el casco urbano de Chiclana de la Frontera, un niño traslada los capazos vacíos en una carretilla. Su padre, el encargado, dice que prefiere tenerlo cerca, "porque si está suelto por ahí corre el peligro de picarse cosas que no debe". El encargado asegura que al menos 500 niños participan en la vendimia, "aunque más vale que no vengan, porque lo estropean todo".

Para Francisco Arias, "la situación es mas grave de lo que pensábamos, porque resulta que lo normal es que los niños trabajen".

"Esto", dice el secretario ugetista gaditano, "pone de manifiesto, por un lado, una relación en la que el padre es el amo, y por el otro, la indefensión jurídica de los niños, que no tienen Seguridad Social y están expuestos a infecciones y accidentes eventuales. Ahora tendremos que iniciar una campaña de información y de formación; y empezaremos en esta zona".

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