La reinserción de Cubillo

LA VANGUARDIAEl regreso a España de Antonio Cubillo, uno de los personajes políticos más controvertidos de la transición, pone de relieve, ailtes que ninguna otra cosa, la capacidad de nuestro sistema democrático para permitir un considerable margen de actividad pública, desde planteamientos pacíficos, incluso a quienes proclaman su oposición a las bases mismas del consenso institucional y, entre ellas, no la menos importante, la de la unidad territorial.Las situaciones de violencia han estado siempre presentes en la trayectoria del líder canario, desde que decidió cambiar la comodidad burgues...

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LA VANGUARDIAEl regreso a España de Antonio Cubillo, uno de los personajes políticos más controvertidos de la transición, pone de relieve, ailtes que ninguna otra cosa, la capacidad de nuestro sistema democrático para permitir un considerable margen de actividad pública, desde planteamientos pacíficos, incluso a quienes proclaman su oposición a las bases mismas del consenso institucional y, entre ellas, no la menos importante, la de la unidad territorial.Las situaciones de violencia han estado siempre presentes en la trayectoria del líder canario, desde que decidió cambiar la comodidad burguesa de sus orígenes por la actividad armada del MPAIAC y, más tarde, por el dorado exilio argelino.

Sinnecesidad de referirnos a las víctimas directas de las acciones del grupo que encabeza, baste recordar la catástrofe de Los Rodeos, hace ocho años, cuando dos aviones chocaron con un saldo de 500 muertos, tras el caos. producido en el siempre arriesgado tráfico aéreo canario al efectuar los independentistas una amenaza de bomba en una floristería del aeropuerto de Las Palmas. La violencia, en fin, alcanzó en Argel al propio Cubillo, en un atentado, todavía no esclarecido, de cuyas secuelas físicas aún no ha podido restablecerse.

A la probable reflexión del líder nacionalista canario sobre la inviabilidad de la "lucha armada" y el creciente rechazo social que provoca -incluso en un entramado tan singular como el del País Vasco- hay que añadir como factor no menos decisorio para su cambio de actitud hacia nuestro marco legal, la nueva políticá española en el Magreb, que propicia el equilibrio y desaconseja, por tanto, actuaciones de "chantaje" sobre Canarias a las autoridades argelinas.

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También es un hecho, que todos los sectores sociales del archipiélago han abandonado su pasividad tradicional, de cara a la gravedad de los problemas que plantea el ingreso en la CEE, lo que sin duda permitirá algún protagonismo a la demagogia africanista.

En cualquier caso, el dato de que un líder independentista, sea de una comunidad autonómica lejana o remota, admita la viabilidad política del entorno democrático -al margen de las contradicciones que ello le pueda acarrear al promotor de la Kanarya Awañak Guanche- no hace sino evidenciar el poder de la actual Constitución como propulsora de la convivencia.

Bienvenido, pues, Antonio Cubillo, con su pasaporte español, si es que ha comprendido que todas las aportaciones a la libertad son pocas, en un tiempo en que las agresiones que sufre son rutina de teletipo.

19 de agosto

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