El Parlamento polaco ratifica la existencia de sindicatos únicos

El Parlamento polaco (Dieta) aprobó el pasado miércoles una ley que prohibe todo pluralismo sindical, al reforzar considerablemente los poderes de los nuevos sindicatos creados por el régimen en 1982. Según las enmiendas a la ley sindical adoptadas en octubre de 1982, mientras todavía estaba vigente la ley marcial impuesta tras el golpe de diciembre de 1981, sólo podía formarse un sindicato por empresa.Originalmente, la ley preveía el restablecimiento del pluralismo a fines del presente año, pero ahora los diputados polacos han decidido mantener la regla del sindicato único "por un período...

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El Parlamento polaco (Dieta) aprobó el pasado miércoles una ley que prohibe todo pluralismo sindical, al reforzar considerablemente los poderes de los nuevos sindicatos creados por el régimen en 1982. Según las enmiendas a la ley sindical adoptadas en octubre de 1982, mientras todavía estaba vigente la ley marcial impuesta tras el golpe de diciembre de 1981, sólo podía formarse un sindicato por empresa.Originalmente, la ley preveía el restablecimiento del pluralismo a fines del presente año, pero ahora los diputados polacos han decidido mantener la regla del sindicato único "por un período indeterminado".

Por otra parte, las autoridades comunistas adoptaron ayer medidas para reforzar su control político sobre las universidades polacas, en las que siguen vivas la disidencia y el apoyo a los ideales del sindicato prohibido Solidaridad.

El Parlamento votó mayoritariamente una reforma de las leyes educativas, por las que se prohíbe toda actividad política en las universidades, y que facilita al Gobierno el despido de los profesores.

La nueva legislación, que permitirá también a las autoridades impedir la elección de directores de universidad considerados políticamente inaceptables, vuelve a introducir, por otra parte, la obligación de que el cuerpo docente preste juramento de fidelidad a los principios de la educación socialista.

Estos cambios han enfurecido a la comunidad académica, a pesar de que el Gobierno mantiene que la mayoría de los profesores los apoya y que sólo el 34% de ellos está en contra de la reforma. Las nuevas leyes han sido criticadas por numerosos académicos, por el principal consejo de educación superior, integrado por 75 miembros que eligen las universidades, y por el primado de Polonia, cardenal Joseph Glemp.

El ministro de Educación, Benon Miskiewiez, afirmó ante el Parlamento que la reforma era necesaria para contener un drástico deterioro de los niveles educacionales. La Ley de Educación de 1982 estaba considerada como muy liberal, y daba a las universidades un elevado grado de autonomía para regular sus propios asuntos.

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